I'm not the only one [XiCheng]

N U E V E

Jiang Cheng se levantó a mitad de la madrugada, no podía dormir y odiaba eso ya que tener insomnio significaba que su humor no estaría bien en la mañana siguiente, de por si ya le sobraba y le bastaba con el estúpido carácter de su perro guardián.

El asunto de la fiesta de los Jin le daba vueltas en la cabeza desde hace casi una semana; una semana en la que se había enterado de dicha reunión y de que XiChen también asistiría, el problema era que asistiría nada más y nada menos con el hijo menor de la familia Jin, Jin GuangYao el prometido del Lan mayor.

Sí. Porque eso eran aún... prometidos.

WanYin se sentó sobre la cama y se agarró los costados de la cabeza. Esa confesión le confundía de tal manera que su corazón dolía y sentía una extraña sensación de celos.

—No deberías sentirte de esa forma —se tocó el pecho y frunció el ceño—. XiXi irá con su prometido y tú con tu... esposo.

Suspiró.

No podía imaginar aquella escena de ver llegar a XiChen con aquel chico, no se podía imaginar siquiera a él mismo llegar con MingJue, antes le hubiera dado igual, pero las cosas habían cambiado precipitadamente desde que se enteró de la infidelidad, desde que conoció al Lan mayor y desde que se dió cuenta que XiChen podía darle un tipo de felicidad que lo hacía sentir lleno con tan solo pensar en su rostro.

—¿Cómo será? —Cheng se dejó caer sobre su almohada y su cabello cubrió parte de sus párpados—. No recuerdo muy bien el rostro del Jin menor.

La única vez que había visto a GuangYao fue cuando se celebró la fiesta de compromiso de su hermana y aunque no tenía mucho tiempo, había ido forzosamente a esa reunión y toda la gente le daba igual, principalmente los Jin que eran unos "alzados" hasta su propio cuñado le caía un poco mal.

No lo aceptaba pero lo toleraba, sólo porque su hermana estaba enamorada de él y no le quedaba de otra.

Aún así seguía sin recordar el rostro de Jin GuangYao, el rostro de éste se veía borroso así como los rostros de todos los demás que habían asistido a esa fiesta. La realidad era que las fiestas de la clase alta le daban igual, porque siempre era lo mismo, solo presumir y ser hipócritas.

—Tal vez es lindo —el doncel abrazó su almohada—. Según la gente los hijos de ese matrimonio son hermosos, así que el hijo menor de los Jin debe ser bello, XiChen tuvo que enamorarse de él por varias razones.

Y otra vez volvía la punzada a su pecho, el sólo pensar que XiChen había estado enamorado con anterioridad le daba un extraño sentir en su interior. Sabía que no tenía derecho al sentir aquello porque en primera Lan y él no tenían ninguna relación amorosa, sí tenían una relación pero aún se cuestionaba de qué tipo era.

Además, Jiang Cheng aún estaba casado y XiChen comprometido, entonces ninguno de los dos tenía porque comportarse como si estuvieran traicionando al otro.