Capítulo 4: Hatikva; esperanza.

35 5 0
                                    

—Hola — dije con la voz corta

— ¿Adara?— dijo sorprendida — ¿eres tú?—ahora su voz sonaba frágil 

—Hola Ivonne — dije tratando de no sonar triste, mostrándole una gran sonrisa- Que magnifico gusto tengo de volver a verte después de tanto tiempo, hermana.


Sabía que Ivonne estaba aturdida, su cara lo reflejaba. Pase a dentro de la vieja casa en la cual viví, vivimos mi familia y yo.


Al adentrarme en la casa a la que llame una vez hogar noto que no ha cambiado mucho, uno que otro adorno nuevo, uno que otro electrodoméstico moderno como el televisor, la nevera, la grabadora, pero está el mismo comedor, la misma mecedora, el mismo olor, el mismo ambiente. 


—Emmm Siéntate Adara. ¿Que...Ommm quieres algo?..¿De tomar?—dijo recorriéndome con la mirada, su rostro demostraba tantas emociones, creo que igual que la mía.

—No hermana, deja así, veo que te he truncado la salida— dije señalando su atuendo, llevaba unos vaqueros, una playera y un chal, todo combinaba en ella como siempre, llevaba el cabello suelto y una diadema de perlas. Mi hermana no había cambiado nada físicamente en los últimos años, sigue manteniendo su cabello largo y lacio, sus curvas demostrando su delgada figura, su piel un poco más bronceada que antes pero más clara que yo como siempre, su rostro con más pecas de las que recuerdo, sus ojos grandes y color miel, y de altura, más alta claro. Recuerdo todavía la última vez que vi a Ivonne, ella sabía lo que yo iba a hacer, pero nunca se imaginó que de verdad lo hiciera. Dejarla. Dejarlos a todos.


Sonrió.

—Pues sí, la verdad no... Te Ummm... esperaba — dijo alzando los hombros — nadie te espera ahora — dijo sorprendida con un poco de gracia— o te esperaba, ¡ya estas aquí hermanita!— dijo sarcástica.


Sí, me equivoque, ha cambiado, me imagino que ahora tiene más cicatrices.

— ¿Que te hace volver Adara?—dijo sentándose al frente mío. Su expresión era seria y expectativa.

—Volver, quería remediar las...

Corto mis palabras con una risa estruendosa

 —Enserio creíste que vendrías después de siete años de ni siquiera preocuparte por tu familia a "remediar las cosas", no seas mezquina. ¿Vienes así como si no hubieras hecho nada a decir, quiero demediar las cosas? —me miro seriamente mientras decía— ¡Que sinvergüenza eres!.


La ira se desparramaba hasta por sus poros y sus ojos me miraban de manera frívola.

— ¿De qué hab...

— ¡Dejaste de pertenecer a esta familia hace mucho!— dijo enfurecida— perdiste tu lugar en la familia, en el hogar y en nuestros corazones, así que te pido con todo el aguante de mi corazón que te marches.

— ¡¿Que?!— dije aturdida.

 — ¿Puedes irte?

— ¡¡Nooo!!, entiéndeme hermana esto, esto es un error, no me malinterpretes— dije con desesperación— ¿porque te pones así?

— ¡Porque eres una descarada!, han pasado muchas cosas Adara, ¡ponte en mi lugar!— grito

— Pero ¡¿Que cosas han pasado?!

— No tengo que explicarte a ti nada, ya no eres nadie para mi.


Golpe bajo.

Venecia del Golfo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora