Capitulo 1: Siete años.

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— ¡Ya es tarde!— le grite a Ricardo—es la primera vez que nos dan el espacio para descansar y tú te quedas dormido, ¡sabiendo que teníamos que llegar temprano al aeropuerto!

 — Ya voy, ya voy— dijo tranquilamente como si nada pasara y claro que pasaba ¡llegábamos tarde y el avión nos dejaría!

 — ¿Tienes tus maletas a la mano? —pregunte irritada.

 —Deja de exasperarte tanto, te van a salir arrugas pero espera—dijo mirándome detenidamente—creo que tienes la cara llena de ella.

 —Ha Ha ¡HA! Me dio tanta risa—dije irónicamente­­—con tus bromas no vas a opacar los 30 minutos de retraso, más el tiempo de llegar hasta la base aérea.

 — ¿Te digo una cosa Ada?—­dijo serio, lo mire fijamente sé que me va a decir pero no le puedo explicar, es mi amigo, el único, no lo puedo perder­­

 —Cuando estemos llegando me dices—y salí corriendo con mi maleta a parar un taxi.

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 Llamamos por tercera vez a los pasajeros del vuelo 923 con destino a Dubái, por favor diríjase a la puerta numero 4.

 —Vamos Ricky, ese es nuestro vuelo. —dije apresuradamente

 Gracias al cielo todavía estaban abordando personas solo unas cuantas, no fuimos los últimos. Mientras hacíamos la cola de unas tres personas sentí como alguien punzaba mi hombro izquierdo.

 —No hagas eso­— dije fastidiosa—sabes que me enfurece.

 —Bueno, ¿te puedo preguntar ya ese algo?

 —No—dije cortadamente.

 —Y…

 —Tú me dijiste que comprara los boletos que yo quisiera, con el destino que yo quisiera— dije interrumpiendo lo que iba a decir, alzando los hombros como si no importara. Ese era el pequeño e insignificante problema, él no sabía que para mí si importaba.

—¿Tenias que comprar un destino tan lejano?

—Si, entre mas lejos de Los Ángeles mejor.—conteste con la mejor sonrisa fingida que he podido hacer en mi corta vida.

 Pasando por la puerta después de entregar los boletos la azafata nos condujo a nuestros asientos, afortunadamente no nos toco juntos o sino seria un fastidio constante, pero ahora pensandolo mejor no se con quien me iba a tocar asi que creo que es un desfortunio porque..

 —Hola —dije una chica sentandose a mi lado, ¿quien se creia ella para interrumpir mis pensamientos?

 Al fijarme en ella pude reconocer que su cabello era rubio tras tener puesto hasta la coronilla un gorro tejido blanco, su tez de piel era blanca pero estaba bonceada y se notaba que era un tanto pequeña, sin nombrar su delgada figura.

 —Hola— conteste con una fingida sonrisa

— ¿Cómo estás? Estoy nerviosa ¿tú no? -uff claro como ibas a estar nerviosa, nunca hubiera pensado que este momento llegaría, es increíble, déjame contarte algo, hace un año vivía yo...

Y empezó a hablar y a hablar y a hablar como una cotorra, como un loro mojado ¿Esto es lo que me iba a tocar todo el viaje? voltee a ver a Ricky en busca de ayuda un cambio de puestos quizás, pero enseguida descarte esa propuesta debido a su ardua concentración con su nueva amiga.

 —....Y pues todo paso, él me dijo que nos viéramos, que nos reencontráramos que la primera vez de haberme tenido tan cerca había cambiado algo en él, arreglado algo roto, abierto muchas puertas y cerrado otras y pues aquí estoy, en busca de algo no muy imposible.

Venecia del Golfo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora