2. Vouyerismo

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Vengo a este lugar cada primero del mes, ya nadie hace preguntas, solo me conducen a la habitación, toman mi tarjeta de crédito,  me encierran y las cortinas se abren para mostrar ante mi el espectáculo que tan celosamente guardo como secreto.

Ambos chicos son bellísimos, uno más pequeño que el otro, de pelo rubio y negro respectivamente, hacen su vaivén usual, vendiéndose al espectador, demostrando que valen cada centavo invertido en ellos; No pueden verme pero yo a ellos si, este cristal que recibe sus suaves quejidos es el medio por el cual puedo cumplir mis fantasías,  mi necesidad por mirar.

Los veo retorcerse de placer y no puedo evitar liberar mi erección de la prisión que es mi pantalón para tocarlo al vaivén de las embestidas del moreno y cuando ambos están a punto de terminar los adelanto mientras un ronco ruido sale de lo profundo de mi garganta, veo al rubio romper en un llanto placentero mientras terminan dentro de él,  provocando el extasis de su contra parte.

Con todo de regreso en su lugar, me levanto, dejó doscientos dólares como propina en la bandeja a mi lado y salgo, ansiando mi siguiente visita.

KINKTOBER 2019 YoIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora