Lꪖ ꪖꪀᥴꫀડTrꪖꪶ (Doctor Strange x Ancestral)

ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 Dos

ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 2:
La Vida Despues De Tu Muerte

Strange había cambiado desde aquel trágico incidente. Había perdido a todas las personas que amaba, sus padres, sus hermanos y ahora a ella.

Estaba destruido por dentro.

-Ancestral... -Susurro ese nombre con todo el dolor abarcando cada rincón de su pecho.

¿Porque la vida tenía que ser así?

-Stephen...-Llamo Wong al ver tan distante a su amigo.

-Wong. Tranquilo, en un momento te asesoro con los nuevos alumnos en Kamar-taj-Aseguro Strange de brazos cruzados sin siquiera tomarse la molestia de mirarlo.

Wong dio un pequeño suspiro. Stephen estaba distante con el ya que tenia un programar que seguir al pie de la letra. Él era el futuro Hechicero Supremo. No faltaba mucho para que tomara el puesto, solo unos cuantos preparativos. No podía (y más que nada no quería) quebrarse delante de Wong, tenía que ser fuerte por todos aunque él siente que hasta cierto nivel es el más afectado y roto de todos.

No quería autocompasión. Ya había tenido suficiente con el accidente de sus manos. Soltó un suspiro sonoro y parecía que eso dejo más que claro las dolencias que tenia atoradas. Strange ahora hoy en día se la pasaba con un tono y rostro duro: emanando amargura. Al ver que por ahora (y por un buen rato) se quedaría en donde esta Wong solo hizo una pequeña reverencia y se marcho en silencio. Vincent apenas este se fue miro por encima de su hombro.

-Gracias Wong-Agradeció. Ya que Wong había cuidado de él. Evito que bebiera o que buscará otros métodos autodestructivos para acabar con su vida más rápido. Y él no había podido evitar tratarlo así, a todos realmente, cualquiera que se cruce en su camino. Simplemente le cuesta tanto mirar hacia el futuro.

-Mi futuro. Se volvió un infierno ahora que ya no estas.-Dijo Stephen para si mismo.

Se resigno ante lo que se aproximaba. Echo para atrás su cabello. Acomodando su capa y poniéndose su anillo fue a Kamar-taj.

...

Luego de atender varios asuntos de las artes místicas. Ya había caído la noche con el ocultamiento del sol entre las montañas en las lejanías del templo de Kamar taj. Ambos se regresaron nueva York.

Wong le dio las buenas noches a Strange y como en cuanto a él, que no tenía nada de sueño. Se acostó en el sofá a ver la tele hasta que le entrara aunque sea algo de sueño. Por su lado Stephen solo se limitaba a leer en la biblioteca hasta que le comenzara a entrar ganas de ir a dormir. Y así se iba en silencio a su cuarto para luego recostarsase escuchando de fondo o de otro modo música. Con canciones y temas muy suaves. Todas reflejando su claro y marcado estado de ánimo. Era invadido por destructivas memoria sobre todos sus intentos por encontrar una forma de regresar el tiempo y evitar todo esto que vivían ahora o algún hechizo prohibido para traerla de vuelta.

Al acabarse todos los medios. Wong solo le dijo que ya no había manera. Que no había forma de revertir lo. Stephen pensaba en eso todo el tiempo. Aquellos recuerdos le desvelan más que cualquier café, hasta el más fuerte de estos. Esas memorias le ganaban incluso a los tan cargados vasos de cafeína de las máquinas, aquellos que tomaba para poder cumplir sus horarios y turnos cuando empezó a trabajar y ejercer en medicina sus primeros años.

El de la capa roja se sentó a leer resignado, en silencio hasta que su cabeza no diera más. También buscando evitar con todo lo que tenía encima. Esas horribles pesadillas que tenía desde el día de la partida de Ancestral.

Por otro lado...

-No debes morir. El mundo te necesita. No es tu hora. Y esta no va a llegarte hasta dentro de mucho tiempo. Creenos: nos encargaremos de que eso sea así. Ancestral. Aunque ellos, tus alumnos y gente que le importas tengan que sufrir por ahora por tu ausencia.-Susurro una extraña aunque muy potente voz, se escuchaba lejos. La nombrada no pudo ver quien era por lo lejos que estaba pero podía escucharlo claramente, como si lo tuviera al lado.

A pesar de eso último dicho, ella se sintió tranquila. Se vio a si misma flotando con todo y su kimono amarillo por unas suaves "nubes" blancas y también de tonalidades doradas. Luego sintió calor, no era del sol, sino el de las luces del techo de un hospital.

Lo siguiente que noto fueron unas figuras oscuras a su costado. Sus ojos verdes se acostumbraron a su entorno y noto que eran dos rostros de enfermeras. A una la reconoció casi al instante: era Christine palmer, la amiga y ex pareja de Stephen. Ambas mujeres miraban a su dirección con una cara de shock absoluto, tapándose la boca con sus manos.

No sabe como pero el destino tiene caminos caprichosos. Ni ella creía que esto estuviera pasando...

Entro a Kamar-taj. Era tarde así que ya no había alumnos entre los bellos jardines con árboles por do quier, cuyas hojas eran arrancadas por la gruesa y fría brisa, cayendo al suelo como una linda así como agradable llovizna.

Aquella maestra ojeaba con cuidado todo a su paso. Como si llevara años sin hacerlo. Sentía que en ese monento tenia toda la calma y tiempo del mundo. En realidad no sabe cuánto de este había pasado y eso... Le era inquietante.

¿Días...? ¿Semanas? ¿Años?

No sabia pero ahora solo quería un momento para disfrutar su regreso. Todo estaba como había dejado. Entro a su cuarto notando que este estaba como lo recordaba, exceptuando a cama que estaba recién tendida. Paso sus suaves manos por los lomos de los gruesos libros de magia y sobre las cómodas sábanas de su cama. Se decidió a ir en condiciones a ver como había pasado los días sin ella. No podía esperar a ver la reacción de todos. Necesitaba volver a verlos. Los extrañaba.

Sobre todo a ese raro aunque interesante alumno suyo: Stephen Strange.

Primero fue tomando un baño así como hacer algo con su cabello el cual le pesaba. Nunca a estado acostumbrada a eso. Desde que tiene memoria lo había usado "diferente": rapado totalmente, aunque lo único que hizo fue al cuarto de baño y se puso a improvisar con unas tijeras.

Cortando varios de esos cabellos decolorados y mojados. Se agito un poco para quitar los excesos. Sonriendo con el interesante cambio en su apariencia tan seria y de monje asiático. Sonrió ante el espejo.

-Todo lo que he pasado...y aun así he vuelto.