ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 Tres (𝔉𝔦𝔫𝔞𝔩)

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ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 Tres (𝔉𝔦𝔫𝔞𝔩):
Espantando a la oscuridad y al dolor.


Se preparo a si misma para lo que estaba por hacer ahora mismo, debía tomar una seria decisión: volver al templo de Nueva York donde seguro estaban Wong y Stephen. Si ellos estaban mal sin ella, debía terminar con esa tortura que tenían entonces.

Volvió a mirarse en el espejo asegurándose de que todo estuviera bien, se sentía bien, fresca como "lechuga" (o eso dicen algunos). Se vistió con el mejor kimono que tenia en su armario.

El cual sentía que al abrirlo entraba a un mundo diferente*

No estaba segura de como reaccionarian todos pero se decidió a volver a donde pertenece y que prometió proteger: a su hogar junto a los maestros: Junto a Hamir, Wong, y...Stephen.

Mediante un portal llego hasta ahí. Hasta nueva york.

Cuando entro, todo estaba como la hora lo "indicaba": en silencio, así como muy arreglado y limpio. Todo a oscuras excepto por algunas tenues luces como la de la cocina y la sala de estar. Era media noche según el reloj de pared antiguo con el que se topo, se sintió algo frustrada por no encontrar algún calendario para saber que día era hoy, aunque también se sintió torpe por un momento ya que pudo preguntar eso la semana que tuvo que quedarse si o si en el hospital, ya que se habían sorprendido del tiempo que había pasado ella en coma. Normalmente alguien no sobrevive a ese tiempo. Pero por más que le decían las enfermeras y doctores lo asombrados que estaban por su regreso, jamás le dieron cuanto había pasado ella ahí. Tiene que admitir que eso la puso nerviosa ya que seguramente fueron más de cinco años o algo así. Ese era su temor. ¿Que pasó el tiempo que ella no estuvo? ¿Todo siguió igual? ¿Empeoró? No sabía, pero para eso volvió: aclarar las dudas y volver con los suyos.

De repente se dejo presenciar un olor a incienso. Aun más rico que había en Kamar-Taj. Eso aunque sea por unos momentos la hizo sentir tranquila. Menos inquieta. El olor que enamanan las varitas aromáticas siempre fue un calmante para ella.

Paseo con la mirada por el entorno, de repente vio a Wong, quien yacía dormido en un sofá en la pequeña sala del templo. Tenia una manta encima por el frío que hacía y que se colaba por la pequeña ventanita de la sala. La televisión seguía encendida.

Ancestral río un poco. Con cuidado de no despertarlo pues tomo el control y la apago. Wong ni lo noto. Solo balbuceo algo y se acurruco mas contra la almohada del al parecer cómodo sofá y continuo durmiendo como un bebe. Ancestral noto con pena como tenía unas ojeras grandes. Asumió que era porque no dormía bien.

Ya estaba más relajada por haber visto un rostro familiar, Wong al parecer estaba bien a pesar de su aparente problema de sueño, ya que no era alguien que se queda hasta tarde viendo TV.

Dejando eso de lado pensó ir a la cocina y prepararse un te. Llevaba horas, no, días queriendo uno de los de su lugar ya que los del hospital eran un fiasco comparados con los de su casa, pero necesitaba ver a alguien primero. En todos estos siglos de vida que lleva, claro que en su pecho aun late un corazón, gentil aunque muchas veces despiadado o eso decía el traidor de Mordo.

Se aproximo en total silencio hacia el cuarto de Stephen, cambiando por el largo pasillo. Noto la puerta del cuarto del pelinegro entre abierta así que se asomo despacio por ella mirando al interior del cuarto. Vio a Stephen, quien aun seguía con su atuendo normal de hechicero exceptuando por alguna razón la capa, quien estaba lejos de el. Esta miraba por la ventana del cuarto hacia la iluminada y bella Nueva York.

Le regalo una pequeña mirada tierna. Escondiéndose un poco más, se aferro a la madera de la puerta, estaba pensando en cómo aparecerse ante él, sin embargo no se le ocurría nada. Todos sus planes eran muy bruscos con su aparición luego de no-sabe cuántos años.

Strange estaba de espaldas sosteniendo un teléfono entre sus manos, apretando este un poco. Tenia unos audífonos puestos, su mentora asumió que ahora él escuchaba música para poder conciliar el sueño. Aunque a él siempre le ha gustado la música. Recordó con cierta gracia como a veces él la invitaba a escuchar variadas melodías un rato en sus tiempos libres después de los entrenamientos. Nunca ningún alumno suyo había echo cosas así de raras aunque totalmente cotidianas con ella. Eso siempre extraño a Ancestral.

No sabia que hacer. Pensó en un momento irse y pensar en algo más elaborado para volver a mostrarse ante él pero la capa de levitación al parecer la noto, ya que sus puntas se alzaron al aire como si está se hubiera asombrado, eso le recordó a la alfombra mágica de la película Aladdin.

Sin previo aviso la capa salió disparada hacia ella, enrrollandola en su suave y rojiza tela.

-¿Ahora que te pasa capa? Estas más extraña de lo normal. Y eso... Es difícil. -Le pregunto Stephen a su reliquia cuando la vio volverse loca con ahora quien sabe que, volteo a ver que ocurría y lo que vio lo dejo boquiabierto.

Sus manos le comenzaron a temblar más de la cuenta. El teléfono se hubiera destrozado contra el suelo pero Strange aun le sostenía. Creía que se caería. Tanto él como el aparato contra el piso. A pesar de lo que estaba viendo no quería hacerse ilusiones, porque si resulta que ella no era real...se rompería por dentro más de lo que ya estaba. Él no soportaría otra cruel aunque bella imagen creada por su shoceada mente.

Dio pasos lentos, como si uno fuera más difícil que el otro. Aunque todos con un objetivo claro.

-Ancestral...Esta aquí-Susurro ese nombre que resonó en toda esa habitación. El de ojos azul-verdoso se encontraba ahora más que nunca expuesto: como un nervio. Tenía su corazón en la mano.

En ese momento su vida dio una vuelta monumental y...sentía que de ser verdad, que ella estaba aquí. Eso acabaría de una vez por todas el dolor imperial que ha tenido este largo tiempo lejos de ella.

Lꪖ ꪖꪀᥴꫀડTrꪖꪶ  (Doctor Strange x Ancestral)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora