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Dejandome llevar por el penetrante olor del café, me permiti perderme al menos por unos segundos de la realidad.
Trate de permanecer más tiempo en esa nebulosa como si con eso pudiera solucionar algo. Añoraba aquellos días donde el único problema que tenía consistía con asuntos de mi trabajo. Pero no podía negar que necesitaba algo más y pude descubrirlo hasta que regrese a casa. Era inevitable pensar en lo que hubiera pasado si las cosas no me hubieran superado.
Odiaba sentir esa sensación que me colocaba en un abismo al cual no tenía modo de escapar. 

-Sabía que te encontraria aquí.-le ofrecí una débil sonrisa, mientras continuaba con mi café y viendo a las parejas disfrutar el día.-mi hermana me dijo que no quieres salir hoy y ya que estaré por pocos días podemos quedarnos en tu casa y retomar las noches de películas con Santi ¿Que dices?- me parece bien, pero Santiago está en su etapa de casi preadolescente, dudo que quiera unirse.

-Bien, más palomitas para mi.- negando divertida, revise algunos bocetos mientras el pedía su desayuno.- ¿supiste algo de Días?

-No, tampoco se comunico con Santiago.
-es extraño.
-es normal en él.
-pensé que ustedes...-negué, con Elena era difícil guardar secretos.-pero ...
-dejemos este tema si, ¿desde que llegaste evitaste hablar de tu vida?
-solo trabajo, estoy tratando de acostumbrarme.
-deberías salir de tu zona segura.
-mira quien lo dice.
-es difícil tener vida social con el trabajo y Santiago.
- no metas escusas, tienes gente a tu lado que te ayuda, deberías darte una oportunidad, tratar de explorar algo nuevo.
Antes de poder responderle la mesera trabajo el pedido de Lucas y dejo delante de mi un pastel de fresa.
-disculpe no pedí esto.-mire a Lucas para ver si lo había hecho pero el negó también.
-lo se, un sujeto en la barra lo hizo, dijo que esperaba le gustase al Igual que las rosas.- me sonrió antes de irse como si fuese un detalle de amor.
Trate de buscar a esa persona pero al parecer se había ido. Desde que Theo volvio a América las rosas negras había dejado de llegar pero con esto, apenas pude ser consciente de mi alrededor hasta que Lucas se acercó a mi.
-¿estas bien? Estas pálida.-sintiendo una extraña sensación en mi pecho tome mi bolso como pude antes de levantarme.

Camine hasta llegar a la mesera que estaba terminando de servir en una mesa cercana.
- disculpa, ¿el sujeto que estaba en la barra te dijo algo más?-aunque me miro extrañada igualmente lo pensó.
-parecía conocerla estuvo viendola un largo rato hasta, pago el pastel y me dijo que le se lo diera y lo de las rosas.
-¿Qué pasa Mía?.-ignorando a Lucas trate de recordar si había visto al sujeto pero nada.
-¿cómo era?.-le pregunté antes que siguiera trabajando.
- normal.
¿Mía que está pasando?
-¿algo más? Es importante.
-sólo recuerdo que tenía una cicatriz en su mano derecha le vi cuando pago.
-joder Mia ¿vas a decirme que pasa?
-vamos a la escuela, tengo que ir con santiago.

Buscando tu luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora