No había pasado mucho tiempo desde que Byleth se había convertido en el nuevo profesor de la academia y ya se había acostumbrado a la vida en el Monasterio. Esta oportunidad le había dado la ocasión de conocer a gente de todos los lugares de Fódlan, así como sus culturas y costumbres.
Sus alumnos eran excepcionales y sus compañeros unos profesionales. Se había ganado la confianza de tanto Rhea como Seteth y además de eso, tenía la oportunidad de seguir trabajando y conviviendo con Jeralt, su padre.
Pero no solo había congeniado con el personal académico, los guardias del Monasterio disfrutaban de la compañía de Byleth y concretamente el Guardián de la Puerta era de los que más se alegraban de poder conversar con el profesor de vez en cuando.
Byleth también disfrutaba de la compañía del Guardián y siempre que tenía una ocasión pasaba a saludarle. Consideraba que su trabajo parecía tranquilo pero al mismo tiempo cansado, por lo que le gustaba hacerle la tarea más fácil siempre que le fuera posible.
Uno de los muchos días que Byleth visitó a su alegre compañero tuvo otro tipo de planes en mente. El júbilo natural con el que el Guardián recibía al profesor le hacía muy feliz, por lo que quiso compensárselo de una manera un tanto especial.
Byleth se presentó delante de la puerta principal del Monasterio, donde su compañero estaba haciendo guardia. Al verle, el Guardián le sonrió y le saludó con su ya habitual pero alegre: "Buenos días, profesor. Un día tan tranquilo como siempre". Normalmente es el profesor quien deja que la otra persona hable, pero hoy tenía que comentarle algo importante a su compañero, por lo que antes de que este le informara de las noticias del día le dijo:
"Quiero llevarte a un sitio especial"
El Guardián estaba acostumbrado a la sequedad y naturalidad de Byleth, no le parecían defectos en su persona pero se extrañó al oír esas palabras. No podía irse a ningún lado, su único cometido era permanecer delante de la puerta e informar de todo lo que suceda durante ese día. Tenía mucho cariño hacia su compañero, pero no podía aceptar esa propuesta, Rhea no se lo permitiría.
Byleth se había dado cuenta de que su compañero estaba sumergido en sus pensamientos, sabía que esa iba a ser la primera reacción por su parte y que con toda probabilidad le diría que no, por lo que ya venía preparado para una negativa.
"Rhea te ha dado permiso, vendrán a sustituírte por hoy. Puedes venir conmigo si quieres"
El aplicado trabajador sentía que le habían quitado un peso de encima pero su expresión preocupada no cambiaba ni un ápice. Le daba miedo que pensaran mal de él por tomarse un día libre, pero las ganas que tenía de escaparse con su compañero durante un día entero eran demasiado grandes como para dejar que Byleth se fuera solo. Mientras este seguía debatiéndose dentro de su cabeza, el profesor le tomó de la mano y le miró a los ojos.
"Confía en mí, conozco un sitio que te encantará"
No necesitó más, el Guardián agarró la mano de Byleth con más fuerza y dejó que este le mostrara el camino. Tomados de la mano se fueron ambos más allá de los muros del Monasterio, dispuestos a disfrutar del paisaje y las montañas que rodeaban al territorio de Garreg Mach.
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Fire Emblem: Three Houses #fictober2019
RomanceTextitos cutres fatalmente escritos de Fire Emblem: Three Houses para el #fictober2019, siguiendo estos promtps: https://quitefair.tumblr.com/post/188056095137