4. Jimin

4.9K 622 198
                                    

Jimin estacionó el auto en la calle, ya que el auto de Yoongi estaba en la entrada a la cochera de la casa.

Hizo una sesión de respiraciones allí adentro, apretando el volante con todas sus fuerzas. Yoongi estaba en la casa, y todo el día había estado indeciso entre si en verdad quería que estuviera o si prefería que estuviera trabajando.

Sentía que no estaba listo para enfrentarlo.

Un sonidito lo hizo mirar al suelo. Buscando por el origen, encontró el teléfono de Jungkook debajo del asiento.

Batería baja se leía en la pantalla.

Pero antes de que el aparato se apagara, Jimin llegó a ver las 52 llamadas perdidas del contacto Papá Yoongi, junto con un emoji de una pelota de fútbol.

Así que Yoongi sí había intentado comunicarse con ellos. Pero se obligó a no tener muchas esperanzas.

Si Yoongi realmente habría querido verlos o hablar, habría ido a casa de Sana o llamado a la casa al menos, ya que Jimin no se había llevado su teléfono ese día.

Caminó lentamente por su jardín, la falta de su cuidado era evidente en las plantas. Algunas que habían florecido ya estaban muriendo por falta de agua.

Se quedó parado, enfrente de la puerta, sin saber qué hacer. Golpear o simplemente abrir y pasar.

Decidió la segundo luego de hacer un ta-te-ti mental, y al entrar el olor a encierro, alcohol y comida descompuesta casi lo noqueó al suelo.

Un cuerpo se levantó del suelo detrás del sillón. "¡Sabía que era tu auto!" un hombre, que definitivamente era Yoongi, aunque no lo parecía, exclamó.

"¡¿Y los niños, amor?!" dijo acercándose a Jimin, y él luchó contra las ganas de apretarse la nariz por el olor.

Yoongi llevaba una barba bastante larga, para haber pasado cuatro días, estaba descalzo, tenía el cabello grasoso, pegado a los lados. Sus ojos estaban hinchados y tenía la cara manchada con lo que podría ser rastros de lágrimas y mocos. Y Jimin realmente estaba deseando que la camisa que llevaba no fuera la misma que tenía cuando estaban almorzando aquel día.

Su aliento olía a mierda e incluso si Jimin lo había besado más de mil veces en la mañana antes de que alguno se lavara los dientes, el olor de ahora no tenía comparación.

Jimin estaba plantado en su lugar a medio entrar en la casa, y se dejó abrazar por el vagabundo que era su esposo Yoongi.

"Sabía que volverías, amor. Yo te amo y tú me amas, ¿verdad?" Jimin asintió lentamente.

"¿Y los niños?" volvió a preguntar, entusiasmado, mirando por encima de su hombro.

Yoongi había perdido la cordura.

Jimin pareció encontrar la voz, al mismo tiempo que decidió empezar a respirar por la boca. "Creo que primero debemos halar nosotros, Yoongi"

Yoongi dio un paso atrás, pareciendo ser consciente de su alrededor por primera vez en una semana. Parpadeó varias veces y luego habló.

"Sí... sí, tienes razón"

Jimin realmente no tenía palabras, así que con su mano apuntó hacia arriba, y Yoongi entendió al instante. Seguían siendo la misma persona y alma. "Sí, eh... me iré a bañar" dijo levantando un brazo para rascar la parte trasera de su cuello, revelando una mancha amarilla en el lugar de su axila. "Definitivamente me iré a bañar" dijo con la cara arrugada.

Jimin asintió, anonadado. ¿Realmente Yoongi estuvo encerrado desde que se habían ido?

¿No había siquiera ido a trabajar? Las respuestas eran obvias.

. ⇢ familia min ˎˊ˗ ꒰ ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora