Dustin

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-¿ Qué lees, cuñadito?- comentó Agatha en tono de falso interés.

-Viajes- dije- quiero ir a Samoa.

Cuando pronuncié el nombre de un país que ella no conocía, lanzó la pregunta del día al oído de Joseph.

-¿Eso donde está, en Ohio?

- En el culo del mundo cariño, anda tráeme una copa, queri...

Cuando empezó la frase dejé con rapidez el folleto, y corté a mi hermano en plena orden.

-No hace falta, lo hago yo- le sorprendió.

-Que servicial te veo hoy Dustin.

-Bueno, es un dia especial y estoy algo inquieto, mejor si me pongo a hacer cosas...

-Este Dustin... a ver si conoces pronto a una buena mujer que te quite esa "inquietud" de encima- rió

-Si... supongo- imbécil- ¿te traigo un ron?

-Traenos a todos un ron con hielo- se adelantó Harry.

-Como digáis.

Fui hacia la cocina y saqué los vasos anchos, los hielos y la botella. Mientras, pensé en Samoa, en sus playas de aguas cristalinas y su sol, y a quien tendría a mi lado. A Margaret.
Era la viuda de mi padre, cierto, pero ella me saca sólo dos meses en edad. Siempre me dio rabia ver como el viejo putero le ponía los cuernos por la noche para ir de fino por el dia, y como los asquerosos de mis hermanos la miraban con una mezcla de odio y lascivia, acusándola siempre de cazafortunas. ¿Y qué si lo era? Siempre nos trató con cordialidad y de ellos recibió de vuelta asco. Yo no podía hacerles frente, siendo el pequeño seguro que me dejaban seco a golpes por no ponerme de su parte.
Pero siempre que pude hablé con ella con amabilidad porque de verdad la respetaba y su belleza me volvía loco.
Ella, sin ser de la familia de sangre, merece más el dinero que todos nosotros, niños mimados que no saben apreciar el valor de la riqueza.
Pero tampoco seamos tontos. Yo estoy enamorado de ella y quiero tanto mi parte del pastel, como a ella en mi cama y a mi lado. Lo único que se pone enmedio de ese sueño son mis hermanos. Mira que intentar matar a su madrastra con veneno...

Una pena que nunca vayan a ver tal escena.

Destapo la botella de cianuro y pongo porciones suficientes en cuatro vasos: dos para mis hermanos y dos para las arpías que tienen por esposas.

Toda la fortuna será mía y de Margaret.

-¡Ya está listo chicos!

Un Pequeño Drama FamiliarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora