CAPITULO 11

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CAPITULO 11:

YUKOTSU ESTÁ EN CASA

La luz de la mañana entraba por el sol mostrando unas nubes con tonalidad rosada y azul por lo temprano que era en el pueblo de karakura.

Y entre todas las casas y todas las habitaciones había una en donde se encontraban dos jóvenes juntos.

Ambos jóvenes dormían flácidamente en aquella pequeña cama individual en la que apenas y cabían ambos, de manera apretada.

Sus cuerpos se encontraban completamente desnudos, pero aún así disfrutaban de la cercanía y calor del uno del otro.

Ichigo abrazaba a Shirosaki por la parte de enfrente mientras seguían totalmente desvestidos, Él albino se encontraba acurrucado en su pecho sintiendo la cálida temperatura que emanaba él cuerpo del pelirrojo.

Ichigo fue él primero en abrir sus ojos de manera pesada y lenta.

Sentía como si se hubiese liberado de un peso de encima, aunque la verdad aun se encontraba somnoliento, giro un poco su cabeza, tardo unos segundos en reaccionar pero después de 20 segundos abrió sus ojos con sorpresa al ver el cuerpo carente de ropas de su amigo a su lado.

Se levanto con lentitud así sentándose en la cama. Tiro de la sabana para arriba para comprobar sus sospechas. Las pupilas de Ichigo se dilataron y un nudo se formo en su garganta.

Fue cuando por fin comprendió que aquello no era un sueño y no solo eso si no que también se había acostado con su mejor amigo.

Lo primero que sintió fue incertidumbre, francamente no podia creer que aquello que parecía una simple alucinación suya por la falta de sueño, en realidad había sucedido. Pero después de ver la cara de Shirosaki con tanta tranquilidad y aun dormido hizo que este sentimiento se desvaneciese y fuera remplazada tras unos segundos por una increíble necesidad de besar esos labios que se encontraban a unos centímetros.

No se arrepentía y sabia perfectamente lo que estaba haciendo pero aun le costaba creerlo, la situación le parecía tan irreal. Ichigo se acerco con lentitud mientras se dejaba llevar y acaricio con cuidado la mejilla del ojidorado.

-Todo esto me parece un sueño...pero uno...¿lindo?- pensaba mientras depositaba un pequeño beso en la comisura de los labios del albino.

-Y me encanta- Estaba feliz y se sentía muy bien consigo mismo, después de todo ya no tenía que ocultarle sus sentimientos a él ni engañarse a si mismo. Parecía que se había aclararlo aquella sensación que lo invadía cada vez que veía a su querido compañero.

~O al menos ya podía identificar que es lo que sentía~

Ya se estaban empezando a notar los primeros rayos de luz atravezar la ventana y como se le habia ido el sueño, opto por bañarse para terminar de despertarse.

Se levantó con cuidado de no despertar al albino que descansaba flácidamente en el colchón.

Tomo un cambio de ropa para no tener que regresar hasta terminar y salió del cuarto no sin antes asegurarse de ponerle seguro a la puerta ya que sus hermanas siempre entraban a su habitacion para despertarle y no deseaba que se topasen con él albino sin ropas, claro si es que llegaban antes; lo bueno es que tenia la llave.

Camino por el pasillo y entro al pequeño cuarto de baño cerrando también con seguro la puerta una vez más ya dentro.

Dejo su ropa arriba del retrete y al voltear arriba se encontró con el espejo.

Podía observar como su piel estaba más lisa, sus ojos no tenían rastros de ojeras en ellos. Se sentía increíblemente bien.

-¡Oh Por todos los cielos!- exclamo mentalmente al percatase que había perdido su virginidad con su mejor "amigo". Se puso tan rojo de solo recordar la noche que habían pasado.

Los Ojos del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora