Hoy he aprendido que todo duele.
Que todo el mundo hace daño. Y que algunos lo hacen sin querer.
Me pregunto cómo es que no son capaces de verlo. Pero al fin y al cabo, ellos no saben cuánto duele.
Hoy he sido valiente. He sonreído mientras por dentro me desmoronaba.
Lástima que se me de tan mal todo, y haya acabado mostrando mi debilidad.
Pero hoy, sobre todo, he aprendido que todo se repite. Que todo es siempre igual. Que todavía no existe nadie que sea diferente.
Todos hacen daño.