Detecto un avismo de esperanza.
Y caigo por él.
Entonces llego al final de éste, y me doy cuenta de que era una trampa. Me hago daño al chocar contra el suelo, por la velocidad a la que viajaba. Todo esta oscuro aquí abajo, y parece no haber salida.
Me duelo. Desconfío. Tiemblo. Lloro.
Y después sonrío. Porque hay otra gente aquí.
Ya está bien. Por favor. Ya basta. Abre los ojos.