S҉UNFLOWER| ❝Grady Kirke era el ser más brillante, cálido y hermoso que los ojos de Peter Pevensie habían visto jamás.❞
Y literalmente lo era.•°•*
✿*:･ﾟ.°•ˢᵉ́ ᵠᵘᵉ ᵗⁱᵉⁿᵉˢ ᵐⁱᵉᵈᵒ ᵃ ˡᵒ ᵈᵉˢᶜᵒⁿᵒᶜⁱᵈᵒ, ⁿᵒ ᵠᵘⁱᵉʳᵉˢ ᵛᵒˡᵛᵉʳ ᵃ ᵉˢᵗᵃʳ ˢᵒˡᵃ
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NUESTRAS RESPIRACIONES se escuchaban al compás, nos mirábamos a los ojos. Los suyos eran muy azules, un azul limpio casi oceánico.
Eran en verdad muy bonitos y encantadores, sentía que si los seguía mirando más estos me llevarían al mismo mar. Los ojos de Peter Pevensie eran hermosos, fin.
¿Pero como terminamos de esta manera?
(...)
-Seis...siete.
Apresure a esconderme, si mal no recordaba al llegar a los treinta Peter tendría que buscarnos y caracoles, era muy mala para esconderme pero todo esto sucedió por no querer llevarle la contra a Lucy es que su sonrisa y su carita no me dejaban ¿Cómo Peter osa decirle que no? ¡Ni siquiera el puede decirle que no! ¡Nadie!
Edmund es otro caso.
-Veintiseis....ventisiete...
¡Por Odín! No tengo otra opción, discúlpame abuelo pero tú cajón de Viena es más que perfecto para esconderme. Mi misión era llegar a él sin que Pet me vea y para llegar hasta el cofre, necesito pasar justo por en frente de la biblioteca donde hay una oportunidad que Pet pueda oírme o inclusive me vea.
-Treinta... ¡Allá voy!
Corrí y corrí, nada me importaba más que llegar a mi meta sólo una puerta más y ya, luego me preocuparía de otra cosa.
Pude haberme ido con Lu pero no, mi retraso mental quiso vigilar a Peter y encontrar por mis méritos un buen escondite.
¡Te maldigo orgullo!
-¿A dónde creés que vas?.-Peter gritó divertido cuando me vió pasar por frente de él como rayo, pero yo no me detendría. Ya que Peter no conoce del todo la mansión tengo un punto a mi favor, pasadizos y pasillos por lo que lo perdería fácilmente -Si quieres pelea, pelea tendrás.
Jo, en que rayos acabo de meter.
La vieja madera crujía bajo mis pies mientras corría, mi respiración agitada delataba cuanto estaba cansada, por dios, nunca nadie me había hecho bofar así, ni siquiera en mis clases de Ballet.
Peter me seguía de cerca, unos cuantos centímetros detrás mío, quizás treinta, realmente no lo sé.
Tal vez si giraba por el pasillo derecho y luego el izquierdo lograría perderlo, este último se encontraba lleno de puertas y pequeñas interjecciones que facilitarían mi huida y dificultarían el ascenso de mi rubio perseguidor, bien, ya tenía una teoría sólo faltaba su método de experimentación, ¡Allá voy!.
Logré retrasar unos centímetros a Pet y esto a causa me dió una oportunidad de huir fácilmente, ya que por lo que e dicho, los Pevensie aún no conocían del todo la mansión y si bien no era rápida, siempre e sido bastante ágil e inteligente no por algo IQ era de cientocuarenta aunque quédese claro que prefería no decirlo, si no demostrarlo pues las acciones son lo que demuestra y las palabras lo que unde, como sea, en dado segundo me di cuenta que Peter ya no me seguía.
¡Caracoles! ¡Lo conseguí!.
E de admitir que la emoción si se integró por completo en mi sistema al punto en el que tenía que hacer un mayor esfuerzo para no ponerme a festejar y esto así le diera una oportunidad a Pet de saber dónde me encontraba.
A quién quiero engallar-¡Sí! Toma eso, toma eso, Gané, Gané. Peter es un perdedor, no puede contra Grady Yeh Yeh. ¡Grady es imparable!.
-Y muy ingenua.
En seguida paré mi festejo y busque con la mirada a la dueña- y supe esto ya que la voz se escuchaba demasiado femenina hasta me atrevería decir que mucho más femenino que la de Macready- de esa voz, por lo que sabía el abuelo no había contratado a alguien nuevo, mucho menos una chica.
-¿Quién eres?.
-Tu peor pesadilla.
Y todo se volvió negro para mí.
(...)
Grady
Grady despierta.
¡Grad!
Grady despierta
Cada vez la voz se hacía más fuerte, más concisa.
Alguien me está llamando
¡Es hora de despertar Grady, es tu turno!
-...-Abrí los ojos abrumada e intenté gritar por el esfuerzo que había aplicado, pero no obtuve mi grito liberador, la mano de alguien tapó mi boca antes que todo, y yo no pude más que mirarle con mis ojos asustados.
-Shh.-Peter posó su dedo índice en mis labios luego notar que estaba más calmada y con sus ojos señaló la puerta desde luego entendí que al parecer no estábamos del todo solos, sin embargo lo que yo me preguntaba era ¿Cuándo llegue a esta habitación?.-Macready está afuera.
Asentí y retiré con cuidado el dedo que aún estaba en mis labios.
-Conozco este lugar-Admití sin la necesidad de alzar la voz, apreciando de sobremanera el que Peter me cediera la palabra -Aquí el abuelo guarda sus recuerdos más preciados de sus viajes, nadie, ni siquiera Macready se atrevería a cruzar esa puerta.
-Vaya, eso sí que me es de ayuda.-Ironizó el rubio, me ví bastante sorprendida pues desde la primera vez que nos vimos nunca me había hablado mal y al parecer el también se dió cuenta pues su mirada cambio a una seriamente arrepentida.-L-Lo siento a veces soy un... tonto.
Nuestras respiraciones se escuchaban al compás, nos mirábamos a los ojos. Los suyos eran muy azules, un azul limpio casi oceánico.
Eran en verdad muy bonitos y encantadores, sentía que si los seguía mirando más estos me llevarían al mismo mar. Los ojos de Peter Pevensie eran hermosos, fin.
No respondí pues el shock y la sorpresa de hace unos minutos no se había despedido aún de mi.
¿Quién me llamaba? Era sólo un sueño o un pensamiento más adelantado de aquello que no quería ver.
Quizás nunca tendría respuestas pero me aseguraría de buscarlas tanto como pueda.
