¿Que de raro puede tener un
motel en Seúl? Que sus
huéspedes mueran de una
manera inexplicable . . . ☁️
♡¡!-stray kids
-Puede llegar a contener temas delicados para algunos lectores.
-Cualquier copia o adaptaci...
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Mis besos bajaron al cuello de la coqueta rubia que había entrado hace unos minutos a mi habitación sin si quiera tocar la puerta después de que Minho se fuera de aquí para quien sabe qué.
No sabía bien quién era, solo tenía el dato de que era una chica de mi mismo grado. Sin embargo, eso no detenía que al momento de sonreír y pasar su cabello tras su oreja de una manera pícara, supe que buscábamos lo mismo.
Su poco sutil y aguda risa se escuchaba cada que repartía cosquillosos besos en la zona de sus clavículas, llegando a ser un poco irritante -cosa que pase por alto-, además de que ya sentía sus curiosas manos buscar más allá de lo políticamente permitido.
Parecía estar siendo un buen momento, sin embargo todo fue interrumpido con el tocar de la puerta de alguna persona que creía tener el derecho de interrumpir... lo que sea que estuviera haciendo ahora.
Escuché como mi acompañante soltaba un soplido decepcionado y molesto, y yo solo me limité a emitir un gruñido de insuficiencia, levantándome de la cama para poder abrir la puerta y ver a la molesta persona.
Al ver tras la puerta pude recibir al pelinegro menor de mi grado: Jeongin, quien traía una mirada preocupada en el rostro.
—¿Necesitas algo?— pregunté, con tono notablemente molesto.
