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Eran las 03:35 a.m. y no podía conciliar el sueño. Después de semanas sin dormir creí que sería una buena idea dormir un poco debido a que la inspiración no golpeaba mis puertas pero claro que no fue una de mis mejores ideas, ahora no tenía inspiración y mucho menos estaba cerca de irme a dormir. Daba vueltas en la cama, iba a la cocina por algo de comer, me encerraba en mi estudio y escribía frases incoherentes en hojas que luego rompía en pedazos. Me estaba desmoronando sin ni siquiera percibirlo. En un último recurso salgo fuera y me siento sobre el tapete, nunca limpiaba mis pies en él así que no ensuciaba del todo mi pijama color salmón.

Esperaba ver a mi acosador en la ventana, pero no lo encontré ahí, aunque las luces estaban encendidas y él debía estar despierto aún. No me permití imaginar qué podía estar haciendo, por mi propia salud mental. Y aunque la paz no duró demasiado, me alegré de verlo asomarse por la ventana y sonreír frente al cristal de sólo verme ahí sentado, abrazándome a mí mismo. Salió disparado trayendo consigo un abrigo negro, el que luego me colocó sobre los hombros y se sentó frente a mí.

-¿Problemas, Sehun? -cerré los ojos tirando la cabeza hacia atrás y asentí un poco -. Debe ser muy complicado ser un escritor -argumentó.

Me vi sorprendido ante ello. Jamás le había comentado sobre ello. No teníamos la suficiente confianza como para hablar sobre mi trabajo o siquiera hablar como entre vecinos pasaba normalmente. A decir verdad, Kim JongIn no era de mi agrado, no lo detestaba ni lo estimaba, era un punto medio, sólo es mi vecino y ya. También un hombre pervertido y calenturiento pero eso no importaba tanto, por ahora.

-¿Qué me detiene de llamar a la policía y denunciarte por acoso? -sonrió y luego adoptó una pose pensativa poniendo una mano en su barbilla.

Sin poder evitarlo reí, y él me vio con los ojos bien abiertos como si estuviera realmente impactado.

Oh vamos, yo no era alguien serio todo el tiempo.

-Tu risa es preciosa.

-¿Cómo sabe que soy escritor? -trate de demostrar que su anterior comentario no tuvo efecto en mí cuando en realidad sentía cosquillas en le estómago. Tenía sus momentos en los que podía ser tierno.

En momentos como este podía sentirme extraño al verme hipnotizado viendo a Kim JongIn. La línea recta en sus labios se transformó en una curva alegre y a un lado apareció un hoyuelo. Era un hombre muy guapo.

-Me gusta leer, de pasada por una librería encontré tu libro, debo decir que admiro la forma en la que ves el mundo, Sehun.

-Es la primera persona que me ha dicho algo así -recargue mi rostro sobre la palma de mi mano y lo vi fijo a los ojos.

-¿Eso es algo bueno?

Bajo la luz artificial sobre nosotros noté como lentamente sus mejillas se teñían de un color carmín y había un brillo en sus ojos. Moví la cabeza en señal de afirmación y me quité su abrigo de los hombros soltando un bostezo. Sentí que al fin podía descansar.

-¿Saldrías a cenar conmigo? -rápidamente negué con una diminuta sonrisa.

De repente abrí los ojos con sorpresa, y chillé en voz baja observando la confusión que se expresaba en la faz de JongIn. Le arroje el abrigo en la cara y entré al departamento corriendo, azotando la puerta en su cara y corrí hasta mi pequeño estudio para encerrarme y buscar como loco una pluma y una hoja limpia.

Estuve ahí dentro por al menos una hora o más, logré escribir unas cinco hojas completas, no estaba tan seguro de mi trabajo pero era mucho mejor que no hacer nada.

No tengo muy en claro cuando me quedé dormido sobre el escritorio, pero al despertar, oí la voz de Byun Baekhyun despertarme y la luz artificial golpearme directamente en la cara, me cubrí los ojos y unas pequeñas lágrimas se formaban mientras los sentía arder.

-Deberías dejar de guardar una llave de repuesto bajo el tapete, hasta tu vecino sabe que la tienes ahí, por cierto, es guapo -Baekhyun hablaba y no se callaba, apenas y me esforzaba en entender a lo que se refería.

-Llegas en buen momento, tengo algo para ti, Baek.

Writer (KaiHun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora