Capitulo "XI"

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Esta vez Niall regresaba cansado a su guarida pues había concluido una actividad más con los enfermos del hospital

Aunque cansado era mejor que deprimido, encerrado y recordando cada una de las noches que se dormía con las mejillas húmedas de tanto llorar sin esperanza y todos los días que se encerraba y se envolvía en las sabanas esperando a que el día pasara, recordó eso y cada uno de sus sentimientos de olvido y abandono, de soledad e Ira que seguían ahí y parecían adherirse cada vez más a él, recordó todo eso al regresar a su pocilga a encerrarse de nuevo, mientras observaba como los gusanos y hormigas se comían la comida que había estado rechazando, convirtiéndose de apoco en puro hueso, aunque claro, en eso nadie me gana

Sabía bien que al morir y ser enterrado metros bajo tierra, no sería comida lo que los gusanos comerían

Sabía que su cuenta regresiva ya había dado comienzo

Lo cual le hizo recordar también todos sus temores, sus inseguridades y sobre todo, su fobia al morir pensando "esto fue vida?", "realmente valió la pena?" le aterraba saber sobre todo el tiempo que día a día tiraba a la basura, de todas y cada una de las sonrisas y risas que pudo haber tenido pero que el mismo desecha, de todas las sonrisas del sol y el camino de la luna que se ha perdido e incluso, de todo el cariño y amor que, aquel morocho conserje drogadicto le pudo haber brindado

Pues sus pensamientos sobre el morocho no terminaban, al contrario, se hacían más frecuentes, haciendo que lo único que recibiera de ello fuesen puras dudas y sobre todo, curiosidad, mucha curiosidad

Por otro lado, el morocho conserje en veces espiaba las acciones de aquel rubio muchacho con el que se sentía bien solo viéndole y a quien deseaba conocer, esta vez, guiado por su curiosidad, había decidido seguir aquella siempre despeinada, un poco larga y descuidada cabellera castaña con puntas hueras, dando impresión que antes su cabella era huero, para conseguir finalmente la habitación en que ahora era atendido

Debatiéndose entre entrar o no

Sabía que sería extraño simplemente entrar, sabía que sería cobarde no hacerlo

Sabía que si no retiraba la mano de la perilla de la puerta esta se abriría

Sabía que ahora, que retiraba con cuidado su mano, ni la curiosidad seria lo suficiente fuerte para hacerle volver a intentar, pues la cobardía se apoderaba de sus piernas a medida que se alejaba de aquella interesante puerta que a gritos le pedía con deseo el ser abierta

Por otro lado, un dulce anciano se encontraba sentado en su silla de siempre, sintiendo el olvido y soledad que todo anciano en un asilo sentía

Sintiendo también, un frio es su agotada espalda, esperando a que su sobrino llegara y la cubriera con un cálido abrigo, como siempre solía hacerlo

Pensando y recordando todas las bendiciones que tuvo en su juventud y, dándose cuenta de mi cercanía, dio gracias a Dios por su fortuna al tener a un sobrino como Louis, tan gentil y único, sabiendo que su abrigo no le volvería a cubrir la espalda nunca, y por tener una familia que, a pesar de abandonarle en un asilo, les quería

Lo último que sentí de su parte, fue lo mucho que deseaba su bella esposa y madre de sus hijos se encontrara ahí con él, dándole apoyo como solía hacerlo, sin embargo, ella había sido hospedada en otro acilo por accidente, y por simple flojera de parte de Louis, jamás consideró el juntarlos

Entonces, el agradecido y abandonado anciano, murió extrañando a su dulce amada a las 07:45 am de un paro cardiaco

Después de eso, fue Harry el que se dio cuenta que el anciano había muerto, se encargó de él mientras pensaba como evitar dar la noticia a su familia

Nunca fue bueno para las despedidas, menos para las malas noticias, sus nerviosismos solo aumentaban mientras observaba a un castaño temporalmente feliz, retirándose su saco y buscando la agotada espalda de su anciano para dejarlo reposar ahí, pero no encontró nada

Fue entonces que su mirada se dirigió a Harry con confusión, este por cobardía simplemente decidió evitar su mirada e irse a cambiar cómodos en otra parte

Louis más preocupado, preguntó a la encargada del lugar, solo para recibir la noticia que ya no habría agotada espalda que calentar, un anciano que visitar, una escusa para platicar con Harry, un integrante menos en la familia, y de la llegada de un terrible hueco más en su pecho

Intentando no sentirse mal al darse cuenta que su abuelo había vivido sus últimos días sin gran parte de él, y con tristeza por lo mismo que nunca mencionó, pues por su flojera, su anciana nunca le acompañó

Intentó no llorar, extrañaría visitarle en el asilo, ignorarle cruelmente mientras miraba a Harry y solo asentir con la cabeza para que no supiera que no le escuchaba realmente

Sentí lo mucho que deseaba volver en el tiempo y no haber desperdiciado tanto observando esos risos que nunca le han hecho caso realmente, y hablar más con su, ahora difunto, abuelo

Decidió irse de ahí, no quería empezar a llorar y hacer una escena, sabía que si se iba a su habitación compartida, sólo, terminaría peor, pues lo que menos soportaba era la soledad

Se dirigió al lugar en que su compañero de habitación se encontraba, pues había conseguido una lúcida amistad con el

En poco tiempo llego al hospital, no se había dado cuenta que había corrido asta que sus piernas le comenzaron a arder, entro rápido y se sentó en la sala de espera para descansar

Mientras que su amigo morocho, soltaba la perilla de la puerta de aquella habitación y se dirigía cobardemente a buscar su propia cuenta regresiva

Se encontraron en la sala de espera, un morocho drogadicto cobarde, con un vacio castaño sin motivos

The Death -ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora