Capitulo "VII"

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Esta vez, eran los pensamientos de Zayn los que escuchaba, sus sentimientos, todo, no era un lindo lugar, debía admitirlo, pero era reconfortante para el

Tomo con cuidado un suéter de entré las cenizas, o lo que quedaba de él pues más de la mitad había sido consumido en llamas y su color rojo se había tiznado por completo

Lo cubrió entre sus brazos con cuidado, como si de un objeto frágil y precioso se tratase, tocaba sus fibras y le limpiaba las cenizas y el polvo, la melancolía le atacaba todo el tiempo y más ahora que lloraba desconsoladamente apretando con impotencia el suéter entre sus brazos

Se derrumbó entre los escombros y cenizas, cenizas por todos lados que danzaban al ritmo de su respiración, era insoportable el vacío tan enorme y profundo que el chico sentía en su interior

Un vacío que sabía, ni el amor más potente le podría llenar, aunque era curioso como un chico que no conocía, parecía llenar, aunque sea la mitad, solo con una mirada, se sentía estúpido, con suerte sabia su nombre, no sabía nada sobre él, no tenía ningún compromiso con hablar con él, así como él no estaba obligado a nada tampoco, pues estaba enamorado de un completo extraño

Se arrepentía de todo lo que su cobardía le había negado, quizá si no fuera tan cobarde hablaría con él, no se sentiría tan vacío, no necesitaría de drogas para escapar de la realidad como siempre solía hacerlo, quizá no sería un conserje en un hospital para cubrir los daños que había causado al lugar, quizá no se moriría por dentro cada vez que no se atrevía a hablar con aquel chico, quizá, sino fuera tan cobarde, solo quizá, las cosas serían diferentes, mejores

Podía sentir toda su depresión, su nostalgia y melancolía, toda su cobardía, y sus grandes temores, y entre más lo hacía, mas deseaba que se conocieran al fin, el chico deprimido con cáncer y el chico vacío sin nada

Regresó a el hospital, decidido, sabía que esta vez lo haría, la valentía y curiosidad habían brincado por todo su ser, junto al gran deseo insaciable de al fin conocer a aquella persona que se había robado sus suspiros sin conocerle

Para asegurarse, revisó por todas las habitaciones, en las cuales no le encontró, reviso por ultimo en la habitación de el niño extraño, Henrry, que parecían muy amigos, pero solo lo encontró con un hermano, así que en cuestión de nada se encontraba corriendo con toda la capacidad que sus piernas le permitían por las escaleras que le dirigían a la planta baja, donde se encontraba aquella deplorable pocilga, sin pensar tomó la perilla lleno de esperanzas, sumamente decidido y con tanto valor que ni él sabía que tenia

Hasta cierto punto se sentía satisfecho de sus acciones hasta entonces pues al fin,  había dejado de ser un cobarde que se esconde en sus penas, en la bebida y en su propia destrucción, ahora sabía lo que quería y hacia lo que fuese necesario por conseguirlo pues más que decidido abrió una vez más, con esperanzas aquella puerta gris y manchada, lleno de esperanzas que a la par de adentrarse en la habitación, se desvanecieron, pues no había tal chico

pronto cayó rendido de rodillas, sabía lo que pensaba, sentía sus sentimientos, él creía que todos sus esfuerzos nunca eran suficientes, para nada, nunca logró ser bueno para algo, nunca pudo intentar algo sin echarlo a perder, nuca concluyó algunas de sus ideas, mucho menos tubo logros, tan feliz se encontró a sí mismo, una felicidad extraña al pensar que en algún momento podría enamorarse de alguien y ser correspondido, que creyó al fin lograr algo, lograr terminarlo, logran no echarlo a perder como todo, pero hasta su máximo esfuerzo no servía

The Death -ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora