Jennie:
—Oye amiga, ¿te pasa algo? —me preguntó Nayeon.
Los demás ya se habían ido. Sólo quedábamos nosotras en aquel destartalado almacén donde retumbábamos con nuestros instrumentos las viejas y descoloridas paredes. Se aproximaba otro concierto, esta vez en un conocido local de Seúl, y volvíamos a concentrarnos de lleno en nuestra música. Iba a ser una oportunidad para que Cube diera un salto y empezara a ser conocido en los círculos de música alternativa de la capital.
—Hay algo que me tiene jodida —respondí, cerrando bruscamente la funda de mi guitarra.
— ¿Muy agobiada con la carrera? —me siguió interrogando.
—No, gracias a Dios eso va bien. Es Chaeyoung, está muy rara últimamente.
— ¿Y eso? —preguntó extrañado.
—No lo sé. Desde que volvimos de las vacaciones de Pascua anda muy esquiva. Te parecerá que soy una paranoica, pero te juro que me evita.
—Puede que esté pasando por una de sus malas rachas —me advirtió—. Ya sabes que es una persona inestable y no sería la primera vez que se encierra en ella misma.
Nayeon la conocía muy bien, eran amigas desde niñas y, a juzgar por su comentario, él estaba al corriente de los vaivenes emocionales que sufría mi novia.
—Ya he pensado en eso, pero creo que esta vez no es una depresión. Más bien creo que está viendo a alguien.
—Un momento... ¿insinúas que Chaeyoung puede estar interesada en alguien más? — inquirió incrédulo.1
—No estoy segura, pero tengo indicios de que eso podría estar ocurriendo.
Me miró entre ojos.
—No te lo tomes a mal, pero creo que estás yendo demasiado lejos. Ella no es de ésas.
—No sé, no digo que me esté engañando deliberadamente, lo que creo es que está deslumbrada con ese hombre.
— ¿A qué hombre te refieres?
—A su profesor de teatro, se pasan el día juntos —respondí llena de rabia.1
—Jennie, Chaeyoung es gay, no creo que ese sea su camino. Además, queda poco para el estreno de la obra y Chaeyoung es de esas personas que cuando se compromete con algo no se queda a medias —trató de tranquilizarme.
—Lo sé, es solo que tengo miedo de que tenga dudas acerca de ella, o a cerca de mí, no creo que para involucrarte en algo sea necesario mentir y andar con excusas —bramé, recordando su misteriosa escapada de la tarde anterior y el plantón que me dio después—. Ayer, por ejemplo, se marchó de repente, anulando nuestros planes de ir al cine. Dijo que Joy necesitaba verla y me dejó tirada.
—Entonces, ¿qué tiene que ver ese tipo con todo esto? —inquirió confundido—. Joy es su mejor amiga, y con lo del divorcio de sus padres debe de andar muy fastidiada. Necesitaría estar con Chaeyoung, debes comprenderlo.
—Y lo comprendería si realmente hubiera estado con ella. Pero cuando volvió, casi a media noche, quien la trajo de vuelta no era Joy, sino el tal Jiyong. Me estaba fumando un cigarro en la terraza cuando los vi aparecer en aquel imponente BMW serie seis. Tú y yo sabemos que Joy no conduce un coche de ese calibre...
—No. Que yo sepa los Park no mutan de repente cuando tienen más de una década —bromeó Nayeon, que conocía de sobra el ruidoso amarillo de Joy—. ¿Pudiste ver quién conducía esa máquina?
—La farola del jardín iluminaba claramente el interior del vehículo. Se trataba de ese profesor; no me cabe ninguna duda. Y para colmo, se despidieron con un efusivo abrazo—añadí, notando cómo la furia ascendía por los músculos de mi cuello.
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La canción número 7 ; Chaennie [Finalizada]
FanfictionChaeyoung, insegura e introvertida, espera en una estación de tren a Jennie, cautivante, intrigante y prometedora estudiante de arquitectura que desde la muerte de sus padres se ha sumido en un peligroso abismo. Lo que Chaeyoung no se imagina es que...