Saigenos

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Ofertas.

—Saitama sensei, hay una oferta en el supermercado de ciudad A, ¿Qué debería traerle?— Genos preguntó, a punto de salir.

—Oh, en realidad ya tenemos muchas cosas aquí. ¿Prefieres conseguir más? Yo no, me parece cansado y estoy resfriado.

—Correcto. No iré.

—Ey, Genos.

—¿Qué sucede?

—Estaba pensando: ¿Kuseno tiene ofertas o algo como eso?

—No comprendo.

Saitama se acercó, y tocó una de sus mejillas. —Sí, como ofertas donde pueden subir tu fuerza. ¿No le pagas?— continuó haciendo formas moldeables en el rostro de Genos, entretenido.

—En realidad, no.

—¿Qué cosas naturales sigues teniendo?

—Oh, b-bueno, solo mis ojos, cerebro y corazón. Lo demás es solo metal, ¿Le es desagradable?

—¿Qué? No, claro que no. Tienes ojos llamativos.

Genos dejó que siguiera jugando con sus "mejillas de piel sintética" hasta que se ruborizó un poco.

—Estás rojo.

—Lo siento.

—Oh, no te avergüenzes, eres como una buena oferta en un supermercado triste.

—¿...Gracias?

Saitama decidió ir a dormir, dejando a Genos un poco más tranquilo.

—¿Mis ojos le parecen llamativos?— Estuvo pensando.

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