Una luz intensa se hizo presente dentro de mi habitación, mis ojos se abrieron en consecuencia de ello, pero aún no se adaptaban a la luz, una voz suave se escuchaba lo lejos aunque no fui capaz de entender lo que estaba diciendo logré ver de dónde venía la la voz, podía ver una silueta, su silueta. Era ella, algo en mi interior lo sabía. La razón de mi estado, la única con el poder de destruir y reconstruir mis sentimientos sin ninguna dificultad.
Me levanté desesperado en busca de su tacto, me lancé sobre la silueta, que aún no se hacía clara, y la abrace con mucha fuerza, podía sentir su corazón latiendo rápidamente al igual que el mio, me sentía seguro, quería decirle cuanto la necesité todo este tiempo, cuánto la amaba. Me alejé un poco de ella para poder verla con más claridad, pero su rostro me trajo de golpe a la realidad.
—Vete ¡ahora! —a mis palabras se le unieron unas lágrimas. —¡Que te vayas! —grité, tomándola por los hombros dirigiendola hacia la puerta, que permanecía abierta, y empujándola a través de ella, para luego cerrarla con todas mis fuerzas.
Mi vista comenzó a nublarse cada vez más y una opresión en el pecho se hizo presente en mí cortando mi respiración y haciendo casi imposible volver a la seguridad de mi cama, me dejé caer sobre el suelo sin poner ninguna resistencia. Lo último que logro escuchar es la puerta abriéndose con la misma fuerza con la que la cerre la primera vez.
De pronto mis ojos se abrieron nuevamente dejándome ver absolutamente nada, todo estaba en blanco por donde quiera que mire solo podía ver el espacio en blanco. Comencé a caminar en busca de una salida, pero me vi obligado a parar porque una especie de esfera enorme se acercaba a mí a gran velocidad, rápidamente me moví de su camino para que no pudiera lastimarme. La esfera pasó a mi lado y luego se quedó estática a pocos metros, repentinamente unos gritos comenzaron a salir de allí seguido de música, pero no cualquier música, se trataba de una de mis canciones. Me acerqué para comprobar que estaba en lo correcto, en cuanto estuve lo suficientemente cerca pude ver una imagen de mi primer concierto, me veía realmente feliz en ese entonces, hasta podría decir que estaba satisfecho, solo era la música y yo, como si nada más importara. Inconscientemente coloque mi mano sobre la imagen y ésta comenzó a reproducirse, sentía un poco de vergüenza al ver eso, aún así me sacó una sonrisa.
De pronto muchas más esferas comenzaron a caer del cielo deteniéndose a pocos centímetros del suelo, comencé a mirar a mi alrededor y pude notar que todas las esferas me mostraban cosas, recuerdos, sueños, canciones, cosas que conocía a la perfección, a excepción de una esfera en una esquina bastante apartada y oscura en donde se encontraba una mujer sentada en una banca. Intenté recordar qué era lo que estaba viendo aunque el esfuerzo no brindó ningún fruto, me acerqué a ver de qué se trataba, pero cada vez que daba un paso se alejaba, traté de correr para alcanzarla, fue inútil.
La seguí hasta cansarme y un poco más, hasta que por fin se detuvo al igual que yo, me senté en el suelo unos minutos para recuperar el aliento, durante mi pequeño descanso mire a mi alrededor y me di cuenta de que estaba otra vez en el medio de la nada, solté un suspiro y luego volví a mirar a la esfera, ésta se estaba moviendo, esta vez en mi dirección.
Se detuvo a pocos centímetros de mi, me levante del suelo y estire la mano lentamente para poder ver que sucedía, titubeé antes de colocar la mano sobre esta, finalmente lo hice. Esperé unos segundo a que la imagen se reprodujera, no pasó nada, cambie de mano y aún no ocurría nada. Decidí colocar ambas manos aunque no sabía si esta esfera cedería así de fácil. No lo hizo. Un poco frustrado me resigne a dejarla como si nunca la hubiese visto, le di un empujoncito como despedida, pero me quede a media acción porque esta me dejó caer dentro de ella. Un fuerte dolor se hizo presente en mis manos pero se desvaneció rápidamente, me levanté del suelo y miré a mi alrededor, no había más que oscuridad aquí dentro. de repente un reflector se encendió dejando ver a una joven sentada en una banca, mi corazón se aceleró por alguna razón y me sentía bastante ansioso, me acerqué a ella casi corriendo, estiré mi mano para llamar su atención pero no logré hacerlo.
Estaba llorando. Tomé asiento a su lado y suspiré pesadamente, ella se dió la vuelta en mi dirección y se me quedó viendo por unos segundos.
—¡Sam D! —dijo sin dejar de llorar y se abalanzó sobre mí colocando su rostro en mi pecho, yo puse mis manos sobre su cabeza y comencé a acariciar su cabello.
—Tranquila, No llores. —dije en susurro, su llanto comenzó a disminuir poco a poco. Me limité a acariciar su cabello, sentía una extraña tranquilidad haciéndolo.
—Perdoname. —ella alejó su cara de mi pecho para verme fijamente. —No fue mi intención causarte tantos problemas con Gray, solo quería ayudar —sus lágrimas comenzaron a brotar nuevamente. Me apresuré a abrazarla antes de alguna de estas se escape.
—Lo se, no te preocupes, yo voy a solucionarlo —mis palabras salieron sin entender que estaba pasando realmente, pero aun así sentí que ella necesitaba escuchar eso ahora.
¡No puedo creer que cada vez que una chica esta llorando saca tu lado mas vulnerable! Esas palabras resonaron en toda mi cabeza, pero simplemente las ignoré y continúe abrazándola.
—Sam d —ella habló nuevamente sin dejar de abrazarme —, creo que es hora de que te vayas. —sus palabras sonaron más frías que antes.
—¿Qué? —mis ojos se abrieron de par en par asombrado por sus palabras. —¿Irme? ¿A dónde? —pregunté algo confundido.
—Despierta. —su voz sonó muy fuerte como si tuviera miles de altavoces en todo el lugar.
Mi cabeza comenzó a dolerme y me sentía un poco mareado, me levanté de golpe y todo se sentía peor que antes, mis ojos se empezaron a cerrar y de un momento a otro me dejé caer en el suelo.
Abrí mi ojos lentamente con la esperanza de encontrarme dentro de la esfera pero no fue el caso, lo único que ví fue el techo de mi habitación iluminado por la acogedora luz roja que siempre coloco para dormir. Miro a mi alrededor para verificar que realmente estuviese en mi habitación y me encuentro con Gray dormido en una silla que parecía algo incomoda.
—Oye, Gray —mi voz no sonó tan fuerte como esperaba pero fue suficiente para que él me escuchara. Él se despertó y me miró un poco somnoliento.
—¡Hyung!, ¿Estas bien? ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? —en sus ojos pude notar la preocupación, asentí para tranquilizarlo. —Vine lo mas rápido que pude cuando Seven me llamó, estuvimos muy preocupados todo este tiempo. Me alegra que hayas despertado —una sonrisa ilumino su rostro.
¿Seven? No recuerdo a nadie llamado así.
—¿Quien es Seven? —mi pregunta hizo que Gray se ruborizara.
Perdón por haber tardado tanto en actualizar. 😌
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Sr. Jung [•Simon Dominic• A🌐MG •]
FanfictionSimimom Dominic trabaja en un nuevo álbum, pero algo pasa que el no puede hacer las cosas como antes.