Capítulo dieciséis { 2 / 2 }

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La última persona” [PARTE DOS]

«Ya no hay marcha atrás, no puedes retroceder en el tiempo, bebé. Estás aquí, conmigo, y de alguna manera extraña, estás a salvo».

Barbara -punto de vista-

Entrámos en el pequeño local, que parece un sitio en el que se reencuentran todos los moteros de Bradford en media noche y el olor a tabaco inunda mis fosas nasales. Esto es asqueroso.

Miro a Daphne, ella es el doble de escrupulosa que yo, ¿por qué ella me trajo aquí? Supuse que ella vomitaria en el momento que se giró hacía mí con una mueca de desagrado.

El bar estaba completamente vacío, lo que era realmente extraño, ya que los bares de Bradford eran todo un desfase a esta hora.

––¿Sería mucho pedir saber por qué estámos aquí, o también es un secreto?

Daphne ríe, mirando a todos lados como una posesa. Se comporta con demasiado nerviosismo, lo que me preocupa y me inquieta.

––Qué sentido del humor tienes, Barbie––ella dice nerviosa.

––No estaba bromeando––hago una mueca y Daphne me dirige hasta una mesa en el fondo––¿Por qué esta? Todo el bar está vacío.

––Quiero que hablemos en privado.

––¿Privado? Daphne, no hay nadie. Ni un mosquito se enteraría de nada.

––Bien, dejemos el tema.––ella suspira y me mira––Quiero hablar.

––Habla entonces.

––Sabes que confío plenamente en ti, pero me resultaba muy difícil esto.

––Daphne, eres mi mejor amiga, sabes que yo jamás te juzgaría en nada. He estado toda mi vida a ti lado, apoyándote en cualquier cosa, y ¿sabes? No me arrepiento de nada.

––Yo sí––ella muerde su labio inferior y con un lento suspiro me mira a los ojos––Lo siento mucho Barbie...

––¿De qué hablas?––digo, escuchando el timbre de la puerta sonar.

Ella dirige su mirada justo detrás de mi cuerpo.

––Hola, muñeca.––su ronca voz me hace girar hasta tal punto que sus ojos mieles me atrapan.––¿Me echabas de menos?

––¿Qué haces tú aquí?

––Teníamos una cita,––él sonríe––¿no lo recuerdas?

––¿De qué hablas?––frunzo el ceño y su mirada recorre todo mi rostro.

––Buen trabajo, Bell––el moreno besa la mejilla de mi mejor amiga. Y ella le sonríe tiernamente.

Y entonces todo hace click dentro de mi cabeza y caigo en la conclusión.

“No puedes fiarte de nadie, muñeca”

“Incluso la persona que menos te esperas te decepcionará”

Sus mensajes, sus advertencias, todo... Era él.

Todo este maldito tiempo fue él.

En su sillón ella medita la situación, con la cabeza gacha. Me mira por unos segundos. Niego con la cabeza.

––¿Daphne?––murmuro, con mis ojos como platos––¿T-tú...-

––Sí Matthew, tu mejor amiga, la señorita Daphne Bell acaba de venderte al diablo.––Habla con su ronca voz, mientra su mirada oscura sigue clavada en mí. Y a partir de ahí, todo se volvió negro para mí.

<...>___<...>

Todo parece estar nublado cuando abro los ojos, a pesar de la luz que espero que me ciegue por completo, no veo nada. Todo está oscuro y húmedo a mi alrededor, vacío y completamente en la penumbra. ¿Dónde coño estoy? Y lo que es más importante, ¿qué demonios ha pasado?

Intento moverme, haciendo que mi cuerpo se tense aún más con las cuerdas atadas en mis muñecas. Hasta ahora no me había dado cuenta de el dolor en mi cabeza, las cuerdas en mis muñecas, pero no les dí mucha importancia.

 La luz se infiltraba por los pequeños huecos que nacían en las persianas bajadas. Pero no era suficiente cómo para llegar a ver dónde me encontraba.

Oía voces, pasos y portazos desde el exterior. Podía respirar agudamente, ya que mi pecho dolía demasiado y mi cabeza daba vueltas. Me encontraba atada de pies y manos posiblemente en una dura y rígida silla, no sentía completamente nada en estos momentos. Sólo oía una voz profunda en mi cabeza que me decía que tenía que huir de allí cuanto antes.

La puerta -que anteriormente se encontraba cerrada con llave- se abrió abruptamente y di un pequeño salto por el susto, y probablemente también por el miedo.

La luz que había en el exterior me cegó por apenas unos segundos. Pude distinguir una figura esbelta y tonificada en el umbral de la puerta justo antes de que se cerrara ésta. Otra vez la penumbra ocultaba el lugar.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo cuando oí los mismos pasos acercarse con decisión hasta mí. Las cuerdas arañaban mis muñecas y me impedían moverme.

Mi boca estaba tapada por una tela gruesa y blanca que se encontraba atada a mi nuca, y eso por una parte también me impedía respirar, porque todo mi cuerpo aún seguía shockeado.

Sentí su cuerpo inclinarse delante mi, quedando cara a cara conmigo. No pude evitar sotar un leve gemido ante su cercanía. Me abrumaba.

––Hola muñeca.-susurró su voz ronca, la cual estaba cerca, muy cerca de mí. Y por desgracia ya conocía de antemano. Me tensé nuevamente y ahogué mis sollozos.

—¿Qué piensas hacerme?—intenté hablar con voz firme, pero sólo logré murmurar con un hilo de voz.—¿Vas a matarme?

—No por el momento.—habló secamente y colocó su dedo rasposo en mi mejilla. Temblé debajo de su tacto—¿Sabes? Podría hacer una cantidad de cosas contigo aquí ahora.

—¿Vas a violarme, Zayn Malik?—la imagen se paseó durante unos instantes por mi mente y me produjo unos escalofríos en mi espina dorsal.

—Podría hacerlo—murmuró en mi oído—sólo podría... Pero eso no es lo que estoy buscando de ti, muñeca.

—¿Entonces qué demonios quieres? ¿Dinero?

—No, no, nada de eso muñeca...

—No te entiendo ¡¿Qué es lo que quieres de mí?! No puedo darte nada que desees.

Una leve y tenue luz iluminó su cara dejando ver que mostraba una sonrisa de lado. Una sonrisa que debía temerle, de echo, era lo que estaba haciendo.

—Tú presencia es todo lo que deseo—susurró de nuevo contra mi cuello.—Me ayudas más de lo que crees muñeca. Tú serás mi venganza, mi dulce venganza, Barbara Matthew.

Dark Side «#1 Abduction» || malik. [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora