Nuestro querido Demonio Sebastian ya lleva 3 años sirviendo a su querido y joven amo Ciel Phantomhive, el pequeño conde lo sabe todo acerca de su mayordomo, a no ser de una sola cosa, esta es que su mayordomo siente algo por el pequeño conde de 13 a...
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Después de unos pocos segundos me separé del Joven amo para ver su expresión, sin embargo lo que obtuve fue una expresión que sabía iba a poner.
Me miraba con desprecio, sus cejas estaban fruncidas al igual que sus rosados labios, estaba furioso.
De un momento a otro sentí como me empujó con todas sus fuerzas (lo cual no era mucho) alejándose de mi mientras limpiaba sus labios.
– Eres un completo imbécil, Mayordomo idiota!– Me grito soltando algunas lágrimas –¡Haz tu trabajo y no te distraigas con tonterías!– Dicho eso el joven amo tomo sus prendas y se dirigió al baño de aquella habitación.
Soy un completo imbécil, lo sé, sabía cuáles serían las consecuencias y aún así lo hice, pero simplemente no pude evitarlo, verlo de esa manera tan vulnerable hacia que mi corazón se estrujara y me daba el impulso de solo querer abrazarlo y no dejar que nadie más en el mundo lo tocará y mucho menos lo lastimara.
Tenía que arreglar esto de alguna manera...
P.O.V Ciel
Ese imbécil.... Mayordomo estúpido....
¿Como diablos se atrevía a hacer algo como eso en una situación de este nivel?, es un completo idiota.
Aunque no puedo negar que sentí algo en mi pecho cuando lo hizo, se sentía raro, sin duda algo que nunca antes había sentido, sentí un gran golpe en mi pecho...
No puedo estarme haciendo ideas estúpidas, seguramente fue la impresión del momento acompañado de náuseas por el acto, si, sin duda era eso.
Me coloque todas mis prendas de manera lenta, no quería ver a ese mayordomo ni a nadie más ahora, no con este aspecto tan humillante.
Me coloque frente al pequeño espejo encima del lavabo, mi ropa estaba hecha un desastre, parecía como si alguien la hubiera pisado y dado malos tratos, aparte de que estaba mal colocada, ya que yo no era capaz de vestirme bien por mi mismo.
Deje de observar mi vestimenta y esta vez observé mi rostro, estaba hecho una total mierda, aun se veian mis ojos cristalizados e hinchados por el llanto, incluso se veían varios rastros de lágrimas secas que decendian de mis ojos azules, era completamente vergonzoso verme en este estado.
Recordé todo lo que pasó momentos atrás, las náuseas que sentí ante el tacto de el bastardo de Francis, fue horrible... Unas cuantas lágrimas rodaron por mis mejillas sin mi consentimiento, me sentía como una absoluta mierda, ¿Por qué tenía que pasarme esto a mi?...
Al salir del baño pude ver que la habitación estaba como si nadie la hubiera tocado desde el inicio de la fiesta. La cama estaba completamente en orden, no había nada regado por la habitación y aquel repugnante cadáver no se encontraba en la habitación.
