Título: El Arcángel Durmiente
Los hermanos Winchester se encontraban en Oklahoma, resolviendo un caso de una supuesta posesión. Bobby les había dado toda la información de la familia afectada, al parecer un adolescente de 16 años fue poseído por alguna clase de demonio, el problema era saber que clase se trataba, ya que si era uno de bajo rango sería más sencillo mandarlo de vuelta al infierno, pero si era uno alto rango sería un poco más complicado.
——¿Qué dice en la información que Bobby nos dio sobre el chico?—— pregunto el rubio sin apartar la vista de la carretera.
——Es un adolescente de 16 años, su nombre es Mike Wolf, la familia sospecha que esta poseído ya que desde hace un par de semanas notaron un comportamiento muy raro tanto en la casa como el muchacho, cosas que se movían de su sitio y aparecían en otro, cruces de cabeza, pisadas por los pasillos en la noche, etc.—— leyó el pelilargo.
——¿Dice cómo paso?——
——Si, el mejor amigo de Mike lo confeso todo, al parecer estuvieron jugando la quja con otros tres amigos——
——Típica estupidez de adolescentes—— bufo el mayor.
——Así es y ahora a los padres Torres y Lara les tocara exorcizar al pobre chico—— ambos chicos rieron algo bajo ya que esto para ellos era un típico martes por la mañana.
Al llegar a la residencial de los Wolf ambos hermanos pudieron sentir un aura mala desde la parte del estacionamiento de la casa.
——Si así esta aquí no quiero imaginar como ha de estar adentro—— menciono el mayor.
——De seguro es todo un desastre—— respondió Sam con seriedad.
Una vez con los trajes de curas, ciertas biblias y camándulas decidieron acercarse más a la casa, cuando estuvieron lo suficientemente cerca pudieron escuchar algunos gritos, el sonido de cosas al romperse y carcajadas sin pensarlo más tocaron el timbre.
——¿Quién es?—— preguntaron desde dentro de la casa.
——Somos los padres Torres y Lara, nos asignaron el caso de su hijo—— respondió Sam, instantáneamente abrieron la puerta dejando ver a una mujer claramente desvelada y preocupada.
——Oh padres, me alegran que hayan llegado tan pronto—— la mujer los abrazo y comenzó a llorar.
——No podíamos dejar esto así—— explico Dean.
——Pasen—— los invito la señora cuando se separo de ellos, al entrar Sam y Dean pudieron sentir el cambio del ambiente, que mucho más pesado, eso solo significaba malas noticias.
——¿Dónde se encuentra Mike?—— pregunto Dean con mucha seriedad.
——En la segunda planta—— informo la señora.
——Bien, nosotros subiremos y quiero que todos se queden en la sala y que por ningún motivo se muevan—— la mujer asintió para después dirigirse a la sala donde se encontraba su hijo mayor y menor ——Sam ve por algo de agua y sal—— el menor asintió y camino con dirección a la cocina a buscar lo que su hermano le había pedido.
Dean se dirigió a la segunda planta en busca de la habitación del joven, al encontrarla se asomo un poco para poder tratar de escuchar, al principio solo eran risas, pero después se callaron.
——Pasa Dean, es de muy mala educación que te quedes pegado en la puerta escuchando conversaciones ajenas—— dijo una voz muy escalofriante, Dean tomo una bocanada de aire y entro a la habitación.
——¿Quién eres y qué quieres?—— dijo con notable enojo.
——Yo soy parte de la noche, vengo desde las profundidades del abismo...——
——Te estoy preguntando que ¿Quién eres no de donde vienes?—— el muchacho sonrió de una forma muy macabra.
——Solo te diré que tus intentos absurdos de exorcismos no funcionaran conmigo—— informo, Dean bufo y con la misma tomo camino hacía afuera de la habitación.
——Salúdame a Castiel de mi parte—— dijo con tono burlón, Dean lo ignoro y salió de la habitación y por suerte se encontró con Sam.
——¿Qué sucede Dean?—— pregunto el menor al ver la cara de frustración de su hermano.
——Ese hijo de perra de alguna forma conoce a Cas—— se quejo. Sam al notar el tipo de tono de voz que su hermano había usado puedo deducir que Dean de alguna forma estaba celoso ——¡CAAAAS!—— grito el rubio mientras miraba hacia el techo.
——Dean, ¿no crees que estas exagerando?—— trato de hacerlo entrar en razón.
——¡CAAAAS!—— Dean lo ignoro y siguió gritando el nombre de su ángel guardián.
