Capítulo 1

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– ¿No sería más fácil que me pongan una bolsa de cartón en la cabeza? –exclamo mientras me encontraba rodeada por unos firmes y enormes brazos de unos guardias de seguridad en todo mi cuerpo.

– No lo encuentro como una mala idea, señorita –respondió Hendry. –pero no lo veo apropiado para una princesa.

– ¿Pero si ve apropiado esconder a la alteza dentro de un castillo por casi ya siete años?

–Son órdenes de su padre.

Suspiré con resignación cuando bajamos hacia la entrada del palacio, debían revisar y documentar a los guardias que me acompañaban. Aproveché esa situación para salir del auto, logré hacer unos metros que me permitían ver mas de cerca el pueblo.

Cartones, caballos, carretas, tierra por doquier.

– ¡Mira, mamá, una princesa! –escuché por mis espaldas a una niña en los brazos de su madre.

Mierda.

<¡La princesa! ¡La princesa! Tómenle una fotografía> gritaron por mi otro costado.


5 días después.


Desplegué mis ojos como cada mañana, esta vez desperté en el suelo. La semana pasada me había encontrado en la mecedora de mi ventana. ¡Si ser sonámbula era difícil eh!
La puerta de mi habitación sonó.

-Pase. –dije aun en el suelo de madera cubriéndome la cara con una almohada.

-¿Otra vez, Cat? - era mi criada Lucy, bueno... una de las tantas. Pero con ella teníamos una relación especial. –Aquí te dejo el atuendo para el almuerzo de hoy, tu madre invitó a los señores Waters y quiere que uses el color favorito de la familia, al parecer el turquesa es moda por Costa Marfil. Un espanto.

No pude contener la risa que indujo Lucy al terminar su jovial oración.

-¡Ay, Lucy! ¿Es mucho pedir que le digas a mi madre que estoy con vómitos?

-La otra vez asegure lo de tu jaqueca, ¿Quieres que piense que estas embarazada o qué? -
Toma mi cabello y lo comienza a desligar. –recuerda que tienes clases de piano a las cuatro y taller de lectura a las seis.

El piano era para mi el mejor de los hobbies propios para una princesa.

-¿Hoy se hospeda toda la pesadilla Waters? –pregunto.

-No lo sé, según escuche su hijo Adam se encuentra muy ocupado en Costa Marfil.

Adam Waters. Rico, subestimado, guapo de ojos azules y cabello castaño, bastante narcisista a pesar de tener un encanto peculiar, y busca una esposa para el fin de temporada, ¡Que emoción! No veo la hora de que todas las realezas hagan el ridículo mientras él las solicita una por una haciéndolas sentir a cada una de lo más especial.

Lucy me toma un gran mechón de mi cabello castaño y me hace una alta coleta. Me pongo el vestido más feo y ordinario que haya elegido mi madre y me aplico mis cosméticos diarios. Labios rojos sangre intensos, ¡vengan!

Bajando hacia el cuarto principal me dirijo a la mesa con la comida ya servida. Todas las miradas posan en mí, en especial la de los Waters. Son buena familia, por lo que escuché tienen demasiado dinero y muchos empleados, lo que hace que el trabajo en su feudo se expanda internacionalmente. De igual forma y tengan el dinero que tengan, ¿hacía falta esas miradas penetrantes?

Igual amaba ser el centro de atención, para que mentir.

-¡Oh, pero que grande estás!

El señor Waters tenía pinta de gran hombre de poder, su traje era negro y llevaba una corbata de un tono bordó.

ATRAPADAWhere stories live. Discover now