•capítulo 3 "Una trágica historia."

17 2 0
                                    

Ya había caído la noche y había comenzado a llover aún más fuerte. Todavía no tenía ningún nuevo indicio, daba vueltas en mi cuarto sobreanalizando los documentos que había leído, buscando cualquier cosa que me diera un nuevo hilo del qué tirar.

Cuando de repente alguien tocó a la puerta de la casa. Mi corazón se detuvo momentáneamente, y casi sin quererlo mi cerebro se puso a especular; mi madre tiene llave, no Tendría por qué tocar la puerta, y nadie más vive aquí, así que podría ser cualquiera, o lo que sea...

Salí de mi cuarto muy lentamente, tanto que oía el crujir de la puerta mientras la abría, caminé por todo el pasillo y comencé a bajar las escaleras.

Volvieron a tocar la puerta, pero esta vez con más fuerza, como si tuviera prisa quien estuviera afuera, el golpeteo repentino me hizo pegar un pequeño salto.

Apuré un poco el paso por las escaleras hasta llegar al piso de abajo, una vez ahí retomé mi velocidad anterior.

Quien estaba afuera volvió a tocar una tercera vez, aún más fuerte, pero la incertidumbre de su identidad no me dejaba abrir la puerta, pues quería evitar las horribles visiones lo más posible.

Tomé valor de donde pude y abrí la puerta rápidamente esperando lo peor, pero no había nadie, sólo lluvia, carros estacionados y una calle llena de charcos.

Fruncí el ceño confundida y cerré la puerta, ya que las visiones suelen ser mucho más violentas y con monstruos terribles que buscan atraparme... pero no tuve tiempo de relajarme y pensar que todo había acabado, pues una vez la puerta principal estaba cerrada denuevo, oí la puerta trasera abriéndose.

Se me erizó la piel y el miedo comenzó a recorrer mi espalda dándome escalofríos, caminé en dirección a la cocina (donde se encontraba la puerta trasera), y mientras lo hacía podía oir los pasos de ese algo o alguien que había entrado en mi casa, no tenía duda alguna, había alguien en la casa conmigo. Mi corazón comenzó a latir muy rápido, casi hasta el punto en que lo podía oir intentando salir de mi pecho. Cuando de repente me encontré sorpresivamente con mi mamá.

Ambas metimos un fuerte grito y pegamos un salto:

- ¿¡QUÉ SUCEDE!?

Gritó mi madre luego del susto.

- Nada...- dije mientras exhalaba con alivio.

- Beth, tienes que decirme qué está pasando, ahora. Estás muy rara, te toqué la puerta TRES veces, ¡BAJO LA LLUVIA!. Por suerte la puerta trasera estaba abierta.

- ¿Qué pasó con tus llaves?

- Las olvidé en mi cuarto, pero no pensé que sería un problema contigo aquí. Como no me abriste pensé que te habías quedado dormida, ¡y luego entro y te encuentro como si fueses un fantasma !, ¡casi me matas de un infarto!.

- Lo siento...- dije con algo de vergüenza y tristeza, tenía muchas ganas de contarle todo lo que me ocurría y desahogar toda esa presión, pero lo último que necesitaba era que mi mamá pensara que estoy loca.

Cambió su expresión de molestia a serenidad y me dijo -ven acá - mientras me daba un abrazo.

-Está bien, no hay razón para que me moleste.- Estuvimos abrazadas y en un silencio algo incómodo por unos segundos hasta que ella se decidió a romper el incómodo momento.
- Y... ¿cómo estuvo tu día?.

-Nada interesante... intenté ir a la escuela, creí que me ayudaría, pero fue todo lo contrario...

- Está bien cariño, puedes faltar si quieres, pero sólo por esta semana, luego tendrás que retomar tus estudios.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 12, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

NakaramDonde viven las historias. Descúbrelo ahora