REGLA N • 7

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POV ARTHIT

Dos demás habían pasado desde que Kongpob se fue a Corea y frecuentemente escuchaba a Bright comentar lo bien que le iba y las lindas chicas que lo acompañaban en sus clases.

Una que otra vez el mismo enviaba fotos al grupo de la banda y todos solían comentar y hacer bromas amenazándolo con sacarlo de la banda solo por estar ausente.

Las cosas me comenzaron a molestar desde el día en que Prem realizó una vídeo llamada mientras yo tocaba en un bar y al bajar pidió que saludase a Kongpob el cual se encontraba en lo que creo era su habitación y detrás de él un hombre se vestía.

-¡OH MI DIOS!— el grito de Tootha me hizo parpadear — ¡Tu novio es un papasote! – mi cuello cosquilleo y mis manos sudaron al oírlo.

—Siempre supe que los chicos rudos eran lo tuyo hermano– coincidió Prem con la risa en la boca.

–Dejen las bromas, solo vino a pasar el rato– las mejillas de Kongpob se colorearon al contestar aquello, ¿Por qué tiene que ruborizarse si solo fue a pasar el ra-to?

—Hola— el extraño saludó mientras se colocaba sus gafas – Kong me ha contado sobre los buenos amigos que tiene, cuiden de él por mi cuando regrese– algo frío comenzó a correr por mi frente, no me molestaba que estuviese en una relación con Kongpob, pero ¡agrr, maldita sea!
Ni en mis mejores tiempos podría llegarle a los talones a ese tipo; músculos formados, abdomen marcado que hasta parecía fotoshopeado de revista, su espalda lucia ancha y ni hablar de su cara, era totalmente atractiva hasta para un chico.

–P'Arthit tu presentación ha estado muy bien, no sabía que eras bueno tocando– el comentario de Kongpob por una extraña razón me hizo sonreír.

–Gracias, ¡Susuna Kong!– mi mal genio se apoderó cuando escuché lo siguiente de Kongpob.

–Te veo mañana Sam– y lo próximo que se escuchó fue la ovación burlesca de mis amigos quien riñeron a Kongpob obligándolo a decir algo sobre su relación con aquel sujeto.

Yo abandoné la mesa, desapareciendo de la pantalla al mismo tiempo y al salir del bar monte mi moto, no tenía ánimos de nada...

La ciudad era más silenciosa esta noche, no habían sonidos de claxons y las tiendas estaban cerradas, sólo uno que otro restaurante pero nada más,


¡Claro eso será lo que verás si sales a dar vueltas son rumbo a las 3 de la mañana!

Esperaba la luz verde en un semáforo cuando un auto pito detrás de mí avisando que estaba en verde pero antes de arrancar conocí aquel número de placas y el "humilde" auto, aparque en la acera y aquel hombre bajo de su auto para montarse en la parte trasera de mi moto y abrazar mi cintura, hundiendo su rostro en mi cuello.

DECÁLOGO DE LOS AMIGOS CON DERECHO (Kongpob-Arthit) [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora