REGLA N • 10

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-Vamos apúrate- los nervios se apoderaban del cuerpo de God sin poder atar el nudo de la corbata mientras su amigo Tae lo presionaba.

-Deja de apurarme y ayúdame con esta mierda - estaba ansioso, sus dedos hormigueaban.

-Deja de maldecir que entraras a la iglesia - regaño una vez más a su amigo.

- ¿Sabes si Arthit ya está listo? - pregunto mientras limpiaba las gotas de sudor que corría por su frente.

-Listo, listo... no creo, pero esperemos no huya de la iglesia a mitad de ceremonia - dijo entre risas ganándose un golpe de parte de God- Tae era curioso y sabía que el manojo de nervios solo haría que su amigo hablara.

-3 años, hace 3 años volvió a mí - sus ojos destellaban alegría al recordar aquel encuentro.

-Tratas a Arthit como un niño cuando el niño eres tu - Tae sabia la historia de ambos en su mayoría y eso solo lo hacía ser sensible ante ellos y ahora estaban en un punto culminante de confianza y amor que era inexplicable.

Solo de recordar el hecho cuando se separaron jurando no volver a verse, declarando odio perpetuo y ahora ambos estarían frente al altar.

- ¿Has escuchado algo del decálogo de los amigos con derecho? - los ojos de Tae se abrieron con exageración.

- ¿Estas de broma? - dijo soltando una risa burlesca - solo los maestros del sexo lo conocemos - completo mientras se mostraba a sí mismo.

-Yo lo conocí con Arthit - repuso con las mejillas teñidas de rojo.

-Que loco, no puedo creer que él te enseñase - ambos rieron ante la ironía.




POV KONGPOB



(3 años antes)


La nota de aquella noche me dejo devastado, la ducha solo le facilito el trabajo a mis lágrimas para correr por mis mejillas sin control. Las cosas empeoraron cuando Sam entro guindando del hombro de uno de sus amigos en un estado etílico.

-Perdón, Sam ha tenido una noche un poco loca... - el chico observo a su alrededor - pensé que vivía solo, nunca menciono de un compañero de cuarto.

¿Enserio? No puedo creer que me halla negado todo este tiempo.

-No, yo solo pedí posada por esta noche y como él no estaría fue conveniente - me dolían las palabras, pero por alguna razón extraña no me lastimaba a tal grado de maldecir o llorar.

DECÁLOGO DE LOS AMIGOS CON DERECHO (Kongpob-Arthit) [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora