骗子 Justin Huang y tú~ NEXT

~•第二章•~

Lo único que hacían MingHao y QuanZhe era cantar las canciones que pasaban por la radio, mientras movían la cabeza como dos niños de jardín de infantes...

ChengCheng me llamó varias veces, y yo no había escuchado el celular gracias al ruido que hacían ambos. Me di cuenta cuando ya llevaba 5 llamadas perdidas.

Fue entonces cuando vi la hora. 30 minutos tarde y aún nos faltaba la mayoría del tramo.

Seguramente estaba preocupado, pues suelo ser muy puntual, así que le devolví la llamada. No tardó casi nada en atender.

—¿Dónde estás?— Me preguntó, con tono más preocupado que enojado.

—Recién voy por la mitad del tramo...— QuanZhe cantó sin importarle que yo estaba hablando por teléfono.

—¿Vienes con tu hermano?— Preguntó cuando se calló, unos segundos después, y ahora sí parecía molesto.

—S-Sí, ¡Lo siento! Mi madre me obligó...— Le expliqué. —Era eso o no ir...— ChengCheng suspiró.

—Lo entiendo...— Respondió. —Si tenías problemas para venir, le hubieses dicho que venías conmigo y que yo te llevaba. Te hubiese llevado.—

—Está bien. Tú tenías que trasladar a los demás y no había espacio.—

—No sé por qué los invitamos...— Mencionó en casi un susurro.

—¿Qué quieres decir?— Pregunté.

—Digo que...— Suspiró. —Pensé que iba a ser nuestra noche...— Respondió. Me sonrojé.

ChengCheng y yo éramos algo así como... Amigovios. No sé, no éramos novios pero tampoco sólo amigos. Era una onda extraña, pero que me gustaba.

Justin pegó un grito justo antes de que respondiera, imitando exageradamente al cantante de la radio.

—¿Qué fue eso?

—Ah, sí. QuanZhe invitó a un amigo para no sentirse sólo. Pero no nos molestarán, ninguno de los dos.—

—Está bien.— Respondió. —En fin, debo irme. ZhengTing me está molestando con que tiene hambre...— Me reí.

—Típico en él. Ve tranquilo, te llamaré cuando esté por llegar.— Le dije.

—De acuerdo... _____(T/N), te-— Justin me arrancó el celular de la mano.

—¿Con quién hablas?— Preguntó él, mirando el celular como si fuese un homosapiens.

—¡Devuélvemelo!— Le ordené, intentando agarrar mi celular, pero él estiró su mano con mi celular por detrás de él para que no lo alcanzara. —¡Te estoy diciendo que me lo devuelvas!— exigí. —¡QuanZhe!—

—Basta, Justin. Dáselo.— Ordenó QuanZhe, como si estuviese arreglando la disputa de dos niños.

Él obedeció, y cuando miré la pantalla, ChengCheng ya había cortado. Me enfurecí y lo miré mal.

—¡Idiota!— Le grité enfurecida. Miré hacía mi hermano. —De todos los amigos a los que podías invitar, ¿¡Por qué él!?— Pregunté. Ambos intercambiaron miradas por el espejo retrovisor y se hizo el silencio.

Nadie más habló hasta que llegamos. Una hora tarde.

Iba a mandarle un mensaje a ChengCheng cuando bajé del coche para avisarle que me encontraba allí, pero alguien me tapó la pantalla del celular con la mano. Pensando que era MingHao, levanté la mirada con mala cara, pero al ver a ChengCheng en su lugar, sonreí.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí afuera?— Pregunté. Se encogió de hombros.

—Desde que llegamos. No quería entrar sin tí.—