S E I S

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La alarma sonó, y no quería levantarse, estiró su brazo y la apagó de un golpe. Esperó unos minutos y se levantó, entro al baño se duchó un buen rato para luego arreglarse para ir al colegio.

Su cabeza estaba dándole vueltas a todo lo que ha sucedido, y estaba tan metido en sus pensamientos, que no se dio cuenta estaba frente al colegio y HaeNeul estaba mirándolo. Se acercó y lo saludo con un beso en la mejilla, decidió hacer lo mismo.

— Hola Neul. —sonrió mirándola.

— ¿Como te sientes? —su mirada de preocupación lo hacía sentir diferente, un poco emocionado, ya que lo hacía entender que ella lo quería.

— Estoy un poco mejor. —estiró su mano y la pasó por su rostro. — Aunque estoy un poco cansado. —susurró.

— Quede preocupada por ti después de haber regresado a mi casa. —le dio una sonrisa un poco triste. — ¿Entraras a clase? ya ha sonado la campana.

— Sí, nos vemos luego, ¿esta bien? —se dio la vuelta para irse y en ese momento sintió su mano sobre su brazo, y se volteó. — ¿Sucede algo?

— Yo te acompaño. —sonrió levemente.

Caminaron a la entrada y lo llevó hasta el salón, él le dio una mirada de agradecimiento, ella besó sus labios y se fue, sin antes decirle que se verían luego de clase para hablar.

La mitad del tiempo, estuvieron juntos mientras se tomaban de la mano, lo ayudó en algunos trabajos, lo acompañó a las ultimas clases. Incluso fueron a la biblioteca a leer sobre historia, todo era tan cómodo hasta que le preguntó.

— Youngjae... —tomó una de sus manos y acarició de está. — ¿Tomaras el tratamiento que te mandaron e irás con el psicólogo? —preguntó mordiendo su labio.

Dudó en responderle, no sabía si decirle. Su mirada era de una preocupación extrema, así que habló.

— Ah, HaeNeul... —balbuceó, bajó la mirada y empezó a jugar con sus dedos. — Sí, lo haré. —pasó una de sus manos por su cara.

— Sé que no debería preguntarte esto aquí. —habló bajo. — Lo que paso en la fuente ¿que fue lo que viste? —lo miró mordiendo su labio.

— Sombras, voces... hay algo que cuando aparece hace frio o puede haber mucha brisa. Aún no comprendo que es... —respondió mirando al piso.

— ¿Qué es ese algo? —preguntó confundida.

De la nada la brisa se hizo fuerte moviendo las ramas de los arboles con fuerza. Youngjae se dió cuenta que estaba por aparecer esa figura esquelética. HaeNeul lo miró algo nervioso y recordó lo que le acababa de decir su novio.

"Me siento alagada de que le hables de mí" —apareció la figura sonriendo al lado de HaeNeul. Youngjae dirigió su mirada a donde estaba y maldijo.

— Está aquí... —susurró.

— ¿Dónde? —volvió a preguntar nerviosa.

"Aquí, mucho gusto..." —reverenció ante ella.

— No puedes verla... sólo yo puedo. —miró a HaeNeul y suspiró. — Sólo yo puedo ver y escuchar lo que hay en mi cabeza. —se alejó un poco y sonrió leve. — HaeNeul... no quiero que vivas de esta manera estando conmigo. —la miró triste. Ella entendió que él quería terminar.

— No estás solo. Me quedaré a tu lado aunque no lo quieras... te quiero Youngjae. —arrugó su nariz y sonrió.

Youngjae se levantó de su asiento mirándola, se acercó a ella y la abrazó fuerte.

— HaeNeul... —se alejó un poco y la miró. — Te quiero... —él sonrió y volvió abrazarla ignorando a esa figura. Afortunadamente sólo él podía verla y escucharla.

"Ya, aléjate de ella" —sujetó su brazo y lo alejó de HaeNeul.

HaeNeul sintió un frío recorrer en todo su cuerpo seguido de un fuerte grito desgarrador cerca de su odio. Dió un pequeño salto en su asiento. Miró con miedo a su novio pero no le dijo nada.. Lo abrazó depositando la cabeza en el pecho de él y a lo lejos pudo notar una sombra que la miraba fijamente, cerró los ojos y los volvió abrir pero al volver su vista a ese lugar ya no había nada solo se encontraba un árbol viejo.

Esquizofrenia | Choi YoungjaeWhere stories live. Discover now