ocho

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Jimin divagó durante horas y horas; y con el corazón apretado a causa del miedo, pidió a la luna por una señal, por algo que le indicase por dónde debía ir.

Y la luna, tan gloriosa y brillante, susurró al bosque una respuesta.

ojo carmesí ─ jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora