dieciocho

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Pronto Jimin se había dado cuenta, gracias a las mismas palabras del amor de su vida, que los hijos de la naturaleza tenían prohibido acercarse y enamorarse de los humanos; de ser así, ellos serían exiliados y vagarían con pesadez hasta el día de su muerte.

ojo carmesí ─ jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora