Capítulo 4: Dulce flor de luz

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Me levante temprano, para saber cómo estaban las chicas pero seguían dormidas no creo que se levanten por ahora y menos a las 8:30 am de un sábado algunas personas me dirían estúpida por estar despierta tan temprano en un fin de semana pero cuando no puedes ver, las cosas son diferentes, por un momento pensé en hacer el desayuno, pero no quería incendiar la cocina, he cocinado muchas veces con Sharon pero nunca sola, me quede sentada en la silla del balcón sintiendo el sol mañanero en mi rostro, antes de quedar ciega, siempre en las mañana iba a correr todos los sábados en un parque que está en Dublín a unas pocas cuadras de la casa de mis padres.

Me encantaba respirar el aire fresco de las mañanas y ver los primeros rayos del sol cuando salen desde el horizonte, sentí un apretón en el pecho y rápidamente aparté esos pensamientos de mi cabeza.

Me levanté del asiento, entré en la sala fui hacia la cocina busqué en la nevera el cartón de leche pero cuando lo tomé estaba vacío busqué en la despensas la funda de pan pero tampoco había nada, al parecer a Sharon y a mí se nos había olvidado hacer las compras me apoye en la encimera sentí el frío de las losetas a través de la fina tela de mi sweater que llevaba esta mañana en conjunto con unos pantalones largos de algodón, de repente fue como un flechazo el pensamiento que me llego a la cabeza ¿Por qué no vas tú hacer la compra?.

Nunca había salido sola del edificio siempre era con Sharon, ella me acompañaba a todos lados pero no sé porque pero ya tenía las llaves en mis manos y las zapatillas deportivas calzadas lista para salir, tome mis lentes negros de un cajón y mi bastón para ciegos o bastón blanco como la mayoría de personas lo llamaban, era un bastón fino que nos permitía saber que superficie nos encontrábamos caminando, lo había adquirido 2 meses después de quedar ciega y no fue muy placentero cuando el doctor me dijo que tenía que usar el B1 que era para ciego totales.

Salí del departamento haciendo el menor ruido posible colgué mi cartera en mi hombro y me fui.

Había caminado desde el edificio hacia la avenida que quedaba al fondo para tomar un taxi e ir al supermercado, al principio me sentí un poco perdida y temerosa me dieron ganas de devolverme al edificio pero mis pies se movían solos, seguí caminando tenía más personas a mi lado que caminaban a mi alrededor podía escuchar sus pasos cerca, sus olores se mezclaban en el aire pero pude distinguir vainilla, menta, frutas y café, por primera vez en mucho tiempo me sentí nuevamente una persona común y corriente, una persona normal.

Cuando llegue a la avenida lo supe por el sonido más fuerte de los carros transitando, levante una mano y luego silbe para que se detuviera un taxi cuando se detuvo frente a mí lo recorrí con mis dedos hasta encontrar la puerta, la abrí y entre.

-Buenos días –dije mientras cerraba la puerta.

-Buenos días –escuche una voz gruesa que me saludaba supuse que era un señor de edad promedio. Había aprendido a identificar las voces, las voces femeninas eran más suaves y aniñadas que las varoniles sin importa la edad, los hombres mientras más viejos su voz se hacía más grave y profunda.

-Al supermercado Milam'S Markets por favor.

-Como guste –dijo la voz grave, condujo suavemente, había calculado que si había tráfico duraría unos 53 minutos en llegar pero sino en 30 minutos llegaba.

-Llegamos -anunció unos minutos después, yo abrí mi cartera donde tenía perfectamente mi dinero organizado por bolsillos, en el primer bolsillo a la izquierda estaba el dinero para pagar los taxis, en el medio las monedas y en el derecho dinero de emergencia. Y mi tarjeta bancaria en el bolsillo de frente.

-Gracias, quédese con el cambio –dije entregando el dinero, saliendo del taxi de inmediato puse mi bastón en el suelo y camine hacia el frente, cuando subí a la acera el bastón hizo unas pequeñas vibraciones débiles para indicarme donde estaba, según el taxista me había dejado frente al supermercado, camine un poco más y el bastón volvió hacer una vibración débil indicándome de que estaba cambiando de suelo.

A través de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora