Capítulo 10 La belleza de mil estrellas

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Había pasado una semana desde la fiesta, en la que John se había ido dejando una Amy triste pero ilusionada porque le pidió su número de teléfono, Sharon lloro en el aeropuerto reprochándole por darle su número a Amy y porque lo iba a extrañar, John se burló de ella hasta que entro por migración.

Lo nuevo era que Gary y Sharon no paraban de hablar y llamarse había indicios de que ella se enamorara de Gary, le encantaba todo el, su rostro, su cuerpo, su forma de ser.

Hoy Sharon tiene una cita con él ya se había ido, recuerdo cuando me llamó para contármelo soltó un grito a través de la línea que casi me deja sorda no paraba de gritar y ella que siempre era tan buena vistiéndose no encontraba qué ponerse para la cita, pero sin importar cómo se vistió, Gary la encontró hermosa.

En fin hoy era sábado, me encontraba sola en mi casa sentada con una funda de masmelos mientras escuchaba un programa de belleza, mi teléfono sonó.

-Hola –dije cuando descolgué.

-Así que este es tu teléfono -afirmó aquella suave voz a través de la línea.

-Naveen, ¿Cómo conseguiste mi teléfono?

-Siempre consigo lo que quiero.

-Eres un molestoso, a ver qué quieres ¿No deberías de estar en un club nocturno embaucando chicas? –pregunte mientras me tragaba un masmelo, el río.

-Hoy no quiero embaucar chicas en un club –dijo tranquilamente.

-Entonces, ¿Qué quieres?

-Estaba aburrido en mi casa mirando las paredes de mi habitación hasta que se me ocurrió la grandiosa idea de llamarte ya que tú también estabas aburrida, tu amiguita salió con mi amiguito –dijo de forma divertida.

-Que gran idea –dije sarcásticamente.

-Gracias, iré a buscarte en 20 minutos –dijo y yo tosí atragantándome con un masmelo.

-No gracias además no sabes donde vivo.

-Claro que lo sé, recuerda tengo tu expediente, nos vemos en un rato –dijo mientras colgaba, yo suspire fui por mi zapatos y bastón a mi habitación.

El teléfono sonó.

-¿Quieres bajar o subo por ti, princesa? –preguntó burlón.

-Bajo -conteste colgándole, cerré el departamento con llave.

-Qué bueno verte –dijo para molestarme yo puse los ojos en blanco.

-Solo acepte porque eres un idiota –dije acercándome donde había escuchado su voz.

-¿Dónde está tu moto asesina?- pregunte irritada.

-No traje a mi preciosa moto.

-¿Qué, nos iremos caminando? -pregunte sarcásticamente.

-No, en auto –dijo y tomo mi mano para guiarme, sentí su aroma cuando se acercó fue embriagador y no me gusto.

-Puedo sola –dije me acerque del otro lado que era donde estaba la puerta del copiloto según él y era cierto cuando la iba abrir estaba bloqueada enarque una ceja, el río.

-Ya perdón –dijo, la desbloqueo y pude entrar, los asientos era muy cómodos y olía a nuevo estaría demás que pensara que seguro el auto no era barato.

-¿Dónde iremos?

-No te diré –dijo y yo enarqué una ceja.

-¿Qué no confías en mí?

A través de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora