Había una vez...

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Un rey llamado Kōta Furihata, quien gobernaba un reino grande y muy poderoso, pero a pesar de tener mucha riqueza, el tenía un anhelo, quería un hijo, alguien que pudiese tomar su lugar como rey en un futuro.

Un día para su felicidad, nació un pequeño doncel, un príncipe, a quien se le dió el nombre de Kōki.

Reyes y reinas de los pueblos cercanos llegaron al reino a ofrecer distintos regalos para el pequeño niño.

Entre los invitados, había una viuda, Shiori y su único hijo, el príncipe varón, Seijūro.

Fue en ese momento en el que a Kōta y Shiori se les ocurrió la misma idea... A Seijūro y Kōki se les reuniría cada verano con la esperanza de que se enamoraran y sus reinos se unieran.

Pero nadie se esperaba que el malvado hechicero, Nash Gold, tuviese un plan...

El nacimiento de Kōki era un tema preocupante para él, ya que se estaba preparando para poder tomar el poder del reino.

Cuando Nash estaba por cumplir su cometido, los guardias reales lo encontraron.

Gran parte del pueblo pedía su ejecución, sin embargo... El hechicero solo fue desterrado.

- Algún día recuperaré mi poder y cuando lo haga... ¡TODO LO QUE AMAS SERÁ MÍO! - Gritó el temido hechicero antes de perderse en el bosque.

Muchos pensaban que el rey había sido muy amable, pero con el tiempo, la amenaza fue olvidada...

Todos esperaban con ansias el verano en que Kōki y Seijūro se conocerían.

- ¿Quién es este jovencito que tenemos aquí? El príncipe Seijūro, sin duda - Dijo el Rey.

- Bienvenidos a nuestro reino - Exclamó la reina para luego hacer una pequeña reverencia. - Seijūro, ve - Dijo empujando levemente a su hijo.

- Hola príncipe Kōki, estoy muy contento de conocerte - Dijo Seijūro muy desanimado.

- El gusto es mío príncipe Seijūro - Dijo Kōki con una pequeña sonrisa.

Mientas Kōki daba una pequeña reverencia, Seijūro volvió junto a su madre, para luego ser obligado a volver y besar la mano del príncipe más pequeño.

No puedo creer que pasaré todo el verano junto a él.

No sabe luchar, cazar ni boxear.

Pensaba completamente enfadado el príncipe Akashi.

Él parece engreído, que fastidio.

Pensaba por otro lado el príncipe Furihata.

Durante el verano, ambos niños se hacían travesuras entre ellos, provocando algunas caídas, que dejaban heridas y moretones en sus cuerpos, ambos no podían agradarse, pero sus padres seguían pensando que era una buena idea, que ellos fuesen pareja en un futuro.

El príncipe encantado (AkaFuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora