Capítulo 25: Noche de sexo y borrachera

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        ¿Qué se iba a hacer sino ingerir cualquier cantidad de alcohol que desfilara enfrente de uno? Pues eso hicieron todos, incluyendo Yulia y Lena, y el cumpleañero mismo, cuya paciencia se agotaba cada minuto y sus ganas por estar a solas con Natasha eran proporcionales a su impaciencia, a su deseo por salir huyendo de aquel lugar; más que Natasha, en sus curvas peligrosas, había decidido meterse en un David Meister strapless, que no sólo acentuaba su escote de una manera impresionante, sino que era a medio muslo, dejando ver sus tonificadas y humectadas piernas en aquellos perfecta y negramente manicurados pies atrapados en unos Boulimia Louboutin de escasos doce centímetros. Para ese entonces, a la hora que aquello que descompuso a Yulia pasó, James, Julie y Thomas ya se habían ido, que eran los que importaban. ¿Qué fue lo que pasó? Bueno, se los cuento a continuación:

        Natasha se había levantado de aquel sillón blanco para ir a decirle a algún mesero, completamente vestido en el típico uniforme, que llevara bebidas a la mesa de Phillip y que le sirviera "A.S.A.P" un Champagne Cooler, cuando Lena y Yulia tuvieron un encontrón lujurioso de miradas, Lena analizó a Yulia y resolvió la receta para la perfección:

        - Un par de ojos azules ebrios y cansados con un maquillaje nocturnamente denso

        - Un Monique Lhuillier cerulean asimétrico, manga ¾ y hasta medio muslo

        - Espalda triangularmente invertida al descubierto

        - Un par de Sexy Strass 100mm Christian Louboutin

        - Cabello recogido en un moño improvisado y flojo pero, de alguna manera, con estilo

        - Sensualidad al gusto

        - 1500 cc de Cerebro

        - Una sonrisa blanca

        Instrucciones: Vista a una mujer de 1.74 metros de altura, 115 libras, 34C, 86-61-86, en el Moniquie Lhuillier y métala en los Louboutin, maquille sus ojos y hágala sudar un poco, fume 4 cigarrillos con ella por aburrimiento. Agregue una sonrisa alcohólica, un toque de cerebro y sensualidad al gusto. Obsérvela a lo largo de cinco a seis horas hasta que empiece a morder su labio inferior y esté inquieta cruzando una pierna sobre la otra alternadamente hasta que suspire y pasee su dedo por su pecho desnudo y lo vuelva a ver con expresión de: "vámonos de aquí y tengamos sexo".

        Considerando Yulia que Lena era la máxima expresión de la belleza en su Maison Rabih Kayrouz gris de un hombro, holgado del torso y de los muslos porque era hasta medio muslo, se puso de pie y, ajustando su vestido a sus muslos, a la altura que debía estar, caminó cruzando sus piernas seductoramente, cual modelo de pasarela, hasta la pelirroja y le alcanzó su mano. Lena, que estaba sentada con sus piernas recogidas sobre el sofá blanco, vio a Yulia de pies a cabeza y de regreso, saboreándola, más sabiendo que no llevaba ni sostén ni panties porque se le marcaban a través del drapeado del ajustado vestido. Lena le tomó la mano y, la morena, haciéndose camino por entre la multitud, encontró un espacio diminuto en el que cupieran las dos para bailar juntas por primera vez, más interesante por estar bajo los efectos del alcohol. Lena y Yulia eran todo sonrisas ebrias, sonrisas blancas; una con camanances y la otra sin, pero igualmente hermosas y, dado a que, en estos tiempos y en esa multitud (porque ya habían entrado los "crashers") todo era posible, Lena pegó su trasero a la pelvis de Yulia y le gritó un "Feel me, baby" al oído que sólo Yulia pudo escuchar por la música, que estaba muy buena, muy encendida, y muy fuerte.

        Y, al ritmo de un Mashup "Hung Up/Gimme! Gimme! Gimme!", así es: Madonna y ABBA de la manera más extraña posible. Lena se dejaba llevar, encajando su trasero con aquella pelvis y deteniéndose en su puesto con sus manos clavadas en los muslos de Yulia y la morena manteniéndola en su puesto de la misma manera pero por su cintura. Se dejaban llevar por el ritmo de aquella invención de aquel DJ que para Yulia pasaba por genio. La morena, clavándole la nariz a Lena en su moño, inhalando aquel olor de chocolate opacado por el del cigarrillo, la atrajo hacia ella por el abdomen con sus brazos, sí, un abrazo amoroso en público, un abrazo y un baile sensual del que nadie se dio cuenta, o al menos eso creyeron, pues Natasha y Phillip, que pretendían discutir por algo sólo para estar a solas un momento, las veían de reojo un tanto divertidos.

El Lado Sexy De La Arquitectura (t.A.T.u - Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora