HOLA

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Pues creo que se han roto algunas ramas, pero resulta que sí, que aguantan mi peso                          

La bajada no ha sido fácil.He tenido que subirme a la barandilla de mi balcón y luego, con mucho cuidado, agarrarme a las ramas del rosal e intentar no  mirar hacia abajo, porqur                  ¡qué vértigo!

      ¿Y las espinas? Porque todo el mundo sabe que los rosales tienen espinas, ¿verdad?, y yo también. Por eso me he puesto los guantes que uso para salir a patinar a veces y así no me

 he pinchado bastante las manos.

      Lo dicho: apenas me he pinchado las manos. Otras  partes sí, como  los brazos y las piernas. Pero no he soltado ni un grito para no arriesgarme a que mi padre me oyera.     

¡Hay que ser valientes!

      Cuando por fin he llegado al jardín lo he cruzado  tan rápido como he podido para que mi padre no me viera. Tras la puerta trasera estaban mis amigas esperándome:

      Lucía: ¡¡¡Ay!!! ¡¡¡Martina!!! ¿Que le has hecho a tu gato Lili que vas de arañasos?

Nada, Lucía, he pensado yo mientras miraba si mi ropa estaba muy destrozada. Y solo lo estaba un poco. Les

la diversión de MartinaWhere stories live. Discover now