20 AÑOS DE TU VIDA

Corazón Delator

Los siguientes dos meses fueron todo un cúmulo de fantásticas emociones para la familia Takahashi, un milagro inesperado se había suscitado aquella noche de otoño después de que Misaki hubiera escapado del área de recepción y sus padres lo estuvieran buscando por los alrededores del Centro Médico

Algunas personas del Hospital afirmaron ver el cielo iluminarse como en pleno día y  otros tantos de la presencia de algún ser provisto del poder de Buda causante de que el joven Takahiro Takahashi se haya recuperado y que también varios pacientes mejoraron su estado de salud.

El Hospital de Tokio fue nombrado "Lago en el cielo" y desde aquel día ostentaba el título de "milagroso"

Misaki posterior a la recuperación de su hermano, recobró su sonrisa y su felicidad como se lo dijo a Akihiko san, sin embargo un extraño sentimiento se adueñó de su corazón después de conocer al ángel de alas negras.
El castañito durante este tiempo se preguntó de forma constante el día, hora y segundo que Akihiko vendría por su pago, y aquello no le asustaba en lo más mínimo. Misaki miró hacia la ventana, la extraña sensación de ser observado era frecuente y tampoco le perturbaba.

El niño sacó su cuaderno marquilla y un lápiz en número 4, arrojó un pequeño suspiro y comenzó a dibujar.
La madre de Misaki veía muy feliz a su hijo realizar sus bocetos y se acercó a abrazarlo. El dibujo de un ala se perfilaba por la hoja causando sorpresa a la mujer.
—Últimamente dibujas esto. ¿Qué pasó con el chef  The Kan?

—Umm.... también es mi favorito, mira mamá, la mitad de mi cuaderno es para dibujar Za kan y Skipi, la otra para ángel-chan—Misaki con sus ojitos brillantes le mostraba sus obras de arte a su madre. La mujer sonrió y besó su frente.

—Está noche iremos por los regalos para navidad Misaki

—!¿De verdad?! ¡Yo voy con ustedes! quiero comprarle una cajita musical a nii-chan que vi en el centro comercial.

—En cuanto llegue tu padre del trabajo iremos de inmediato cariño. Pero no iremos a Tokio, la mayoría de las tiendas están llenas estas fechas y será mejor que vayamos fuera de la capital.

Misaki hizo un puchero, pero si su mamá lo decía, seguramente encontraría algo bonito para Takahiro en las afueras de la ciudad.
Volvió a su cuaderno y sacó el color negro para iluminar el ala del ángel.
El ala del salvador de su hermano.

El invierno había llegado, Akihiko veía a un zorro de color blanco rascar sobre la nieve buscando alimento que de seguro dejó enterrado, no tardó en aparecer otro zorro más pequeño y el mayor ofreció la presa al recién llegado.

El ángel admiró al cachorro con pelaje castaño rojizo y su mente divagó sobre cierto humano que no había podido sacarse de la mente. Tan enfrascado estaba en sus pensamientos que no percibió la suave brisa que otro ángel de alas negras provocó en el ambiente

—¿Qué haces aquí Akihiko?

El ángel volteó encontrándose con su padre Fuyuhiko, no le dió mucha importancia y quiso acariciar al cachorro que se había acercado a él.

El mayor se molestó por la apatía de su hijo e hizo un par de aleteos con un extraño sonido y provocó que los zorros huyeran al ver al imponente ser descendiendo sobre la nieve.

—No tenía porque hacerlo ¿Qué se le ofrece?

—Se me ofrece que no deberías estar aquí Akihiko.

—¿Por qué no?

—Porque un ángel ya no puede estar en el primer plano con los seres humanos u otro ser vivo.