Dorian, Alma Ardiente PILOTO

Capítulo 4.

Los dos pedruscos que se aproximaron al cuerpo de Zao se estrellaron en él, pero ella los retuvo, expulsando fuego de sus manos, un fuego que terminó generando una explosión de llamas al cabo de unos segundos, que destruyó a las dos piedras, generando una lluvia de escombros que golpeó a Jay en la mano, y a Dorian, hiriéndole en un brazo mientras se cubría. Dorian se agarró el brazo con fuerza por el dolor del pedrusco, mientras que Zao se tocó también en el brazo por el dolor compartido. Zao lanzó una llamarada a Jay, pero se situó en medio Astola, que enseguida aparto las llamas al edificio de detrás.

-No no, mala chica- Dijo Astola negandole con el dedo.

Zao apretó sus labios con rabia y pegó un pisotón en el fuego, produciendo una llamarada que sobresalía del cemento, para cubrirse con Dorian.

-¡Dorian!- Le gritó Zao- ¡No puedes quedarte sin hacer nada en el campo de batalla! ¡O atacas o estamos acabados!

Dorian no sabía exactamente lo que hacer. Mientras tanto, Astola y Jay intentaban apartar las llamas para poder agarrar a Dorian y a Zao, sin éxito alguno, ya que no paraban de producirse llamas del suelo.

-Piensa Dorian piensa...- Se decía a el mismo.

-¡Se nos agota el tiempo!- Gritó mientras que el suelo comenzó a levantarse y resquebrajarse- ¡Mierda!- Zao agarró a Dorian y se tiró con el a una distancia del suelo quebradizo. Justo después, el suelo levantado calló de golpe, causando un temblor y una cortina de humo.

-No hay lugar al que irse- Dijo Jay, acercándose tranquilamente.

Zao apuntó con su brazo derecho, que estaba debajo de la espalda de Dorian, y lanzó una llamarada por el suelo para generar humo y polvo, además de llamas.

-¡Dorian! ¡Reacciona de una vez! ¿¡Es que acaso quieres morir!?- Gritó Zao a la cara asustada de Dorian.

-Es que no se que pensar, ¡no tengo tiempo!- Contestó Dorian.

Zao se incorporó moviendo a Dorian para mantener la mano en el suelo:

-¡Entonces no pienses, actúa!

"Zao tiene razón" Pensó Dorian "He de hacer algo, ¿pero el qué? No puedo dejar que ella sea la única que haga algo, he de intentar usar todo el poder que pueda" Dorian se levantó del suelo y abrió sus manos, emanando un suave fuego de ellas.

-Es hora de devolver el golpe- Dijo Dorian, mientras que Zao sonreía.

-¡Eso es!- Reaccionó Zao- ¡Lanza tus llamas a través de las mías!

Dorian le hizo caso y estiró sus dos manos al frente. Su marca comenzó a crecer, pero al hacerlo, unas llamas rojas enormes y completamente descontroladas fueron expulsadas a través de sus manos y brazos, sorprendiendo a Zao, teniendo que apartarse con un impulso con fuego, maniobrando para ir detrás de Dorian, que empezaba a retroceder de la potencia. Zao aterrizó justo detrás de el, empujando para que no se fuese volando.

-¡Frena, frena!- Gritó Zao.

Dorian escuchó y cerró las manos, al mismo tiempo que dejaba de intentar estirar sus brazos:

-¿Hemos...acabado con ellos?- Preguntó Dorian.

-No lo se- Dijo Zao adelantándose- Quédate detrás de mi.

Dorian obedeció y se mantuvo detrás de ella en todo momento. Había mucho polvo y humo por el ambiente, lo cual imposibilitaba ver mas allá de 3 metros.

-No escucho nada- Dijo Zao en voz baja. De golpe, levanto el brazo y sus orejas se estremecieron. Dorian reaccionó a su reacción, poniéndose en guardia, aun sin haber oído nada- ¡Apártate!- Zao empujó a Dorian, apartándole de recibir un golpe tremendo con dos pedruscos. Zao chilló de dolor y cayó al suelo sangrando por ambos lados del cuerpo. Aun con el golpe que había recibido, ella se levantó, con los brazos caídos y debilitados, al igual que sus piernas magulladas y heridas. Tenía el lado derecho de la cara cubierta de sangre, a su vez, de su boca también salía sangre.