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—Papá, ¿en serio? ¿JunHui?

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—Papá, ¿en serio? ¿JunHui?

Le reprochó una tierna niña de siete años con cansancio, después de tener una pequeña discusión con su padre de quién iba a cuidar de ella esa tarde.

SeokMin se paseó por la cocina para lavar el plato usado de su hija.

Debía de llegar a una junta lo antes posible, pero su pareja estaba un poco atrasado.

— ¿Por qué tanto alboroto por Jun?

—Porque, por su culpa ya no pasas tanto tiempo conmigo. Jun es lindo y todo lo que digas pero... —Se cruzó de brazos poniendo un puchero, haciendo un ambiente dramático— Además, él sólo está contigo para que te lo cojas.

Bufó la pequeña.

Al castaño por poco se le caía de las manos el traste al escuchar la vergonzosa oración por parte de su hija.

— ¡Hyunnie! —Le reprendió el mayor volteando a verle sorprendido— ¿En dónde aprendiste esa palabra? Eso nunca ha salido de mi boca y menos en ésta casa, ¿eh señorita?

La pequeña castaña se encogió de hombros en forma de desinterés y salió de la cocina corriendo por los regaños de su padre.

Una vez secado la última vasija el timbre sonó, dándole a entender que su hermoso novio había llegado como su salvador.

Abrió la puerta dejando ver a un Jun con el cabello revuelto —debido al aire— y un abrigo café haciendo juego con un suéter con toques de color verde opaco, en ese instante que sonrió SeokMin pensó que en verdad era muy afortunado de tener a magnífica persona a su lado.

Y no era porque la pareja que tenía anteriormente que catálogo como el amor de su vida falleció, dejándolo con el corazón roto y con una pequeña niña en brazos. Sino que estaba agradecido de que la vida le diera una segunda oportunidad de poder enamorarse una vez más.

Y sí que fue difícil, no por su persona, el problema fue la terquedad del chino. Habiendo tantas personas que darían todo por estar en el lugar de Jun, tenía que elegir al único hombre que se comportaba tan indiferente con él y con el corazón igual de frío que el hielo.

Sin embargo, SeokMin se mantuvo como guerrero; peleó durante un año hasta dejar cansados sus huesos, todo para que obtuviera la tenue sonrisa que yacía en el hermoso rostro de su JunHui frente él.

Esa genuinidad en su carácter y lo bello que pensaba por cada objeto, actitud, temas e inclusive personas, fue que su corazón tembló de gozo al caer por hombre capaz de todo.

Pero ahora, estaban en una relación de tres años. Tres años cual le hizo sentir más feliz que nunca, con su hija y Jun a su lado.

Y que mejor para SeokMin al saber que aquel hombre gélido hizo por primera vez el amor con él, entregándose por completo. Y no era para presumir, sinceramente Jun también había caído en su encanto, sus coqueteos, y los pequeños detalles que el solecito le regalo como muestra de lucha.

One More Chance ➮ᏚeokᎻuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora