✟Don't Leave Me, Please {Z.M}✟

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El sábado por la mañana ambos despertaron muy temprano con la idea de que querían redecorar el apartamento.

-"Liam, ¿qué te parece si vamos al centro comercial?" -Preguntó el moreno sirviendo el desayuno.

-"Me parece bien, quiero comprar unos discos, necesito nueva música" -Respondió.

-"Bien, entonces me iré a vestir, pero primero voy a desayunar porque tengo mucha hambre" -Dijo tomando asiento para devorar el sándwich que se había preparado.

-"Amor, come despacio te vas a atragantar" -Soltó una pequeña risita al ver cómo su novio se comía el pan en un dos por tres.

-"Lo siento Li, es que está muy rico. ¡Nunca me había quedado tan delicioso!" -Bebió jugo del vaso que tenía a la derecha.

-"Eres precioso" -Lo besó tomando con sus manos la cara del más bajo y limpiando los restos de pan que había quedado por la comisura de sus labios.

-"Gracias" -Se sonrojó.

Ese día Zayn estaba muy contento, por primera vez en meses, había sacado buenas calificaciones en los trabajos que había entregado, había dormido bien, la verdad era que él no descansaba lo suficiente porque la mayoría de las veces tenía pesadillas o sino simplemente no podía conciliar el sueño.

Se dirigieron al centro comercial, ambos portando una enorme chaqueta porque hacía frío. Liam tomó la mano de Zayn, le dedicó una hermosa sonrisa por la cual el moreno se sonrojó, al llegar al lugar ambos detuvieron su andar.

-"Bebé, voy a comprar unos discos, ¿te parece si tú vas escogiendo algunos objetos para decorar el apartamento?" -Preguntó.

-"Claro" -Sonrió.

Ambos caminaron en diferentes direcciones, Liam tomó el camino de la derecha y Zayn el de la izquierda. Se detuvo al ver una hermosa tienda con cuadros de pinturas.

Se quedó observando la hermosa pintura desde el ventanal, era una obra maestra sin duda alguna, el marco era madera pintada en color dorado, el lienzo contenía una pintura de una tormenta, las olas golpeaban fuerte, un cielo oscuro acompañado de rayos con un barco navegando sin rumbo. Acercó su mano derecha para tocar la pintura a través del ventanal.

. . .

El sol estaba radiante ese sábado por la mañana, el pequeño Zayn se encontraba sentado en la parte de atrás del auto, su padre conducía rumbo a la playa, su madre se encontraba en casa sin ninguna compañía.

-"¿Papi cuándo llegaremos?" -Preguntó con toda la inocencia que un niño puede tener.

-"Pronto" -Respondió.

Lo que Zayn no sabía era que ese día no sería uno bonito, él creía que tendría un día de padre e hijo pero estaba equivocado, ese sin duda fue uno de los peores días.

Al llegar a la playa no había mucho gente como pensó, se deshizo de sus zapatos y de su camisa. Se adentró en el agua, Zayn no sabía nadar.

-"Papi está muy hondo, ayúdame por favor" -Dijo con un pucherito al ver que sus pies no tocaban el suelo.

Pronto el cielo comenzó a oscurecerse, una tormenta se avecinaba, las aves volaban en busca de su nido, la marea comenzó a subir, los truenos comenzaron a retumbar por los pequeños oídos de Zayn.

-"¡Papi, papi tengo miedo!" -Gritó intentando nadar pero le era fatal.

Una vez más volvió a gritar para que su padre hiciera algo pero él únicamente estaba ahí parado viendo como su hijo lloraba y se ahogaba. La marea golpeó fuerte sumergiendo a un pequeño Zayn debajo de las olas, él intentaba subir a la superficie para agarrar un poco de aire pero cada vez que lo intentaba otra ola  lo arrastraba.