A tu disposición [CanMex/MexCan +18]

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Así pasaron meses que Canadá por amabilidad no lo buscó a la primera llamada que el latino del norte rechazó

México se fué y nadie lo volvió a ver

Se decía que estaba con él ruso pero no se sabía con exactitud, no iba a ninguna junta o fiesta hasta que Canadá oficialismo su relación con Ucrania

—¡Ya llegó por quién lloraba!— gritó en su primera reunión de la ONU después de mucho tiempo

Canadá sonrió y sintió el apretón de de azul y amarillo

El de escudo de aguila se sentó  a un lado del estadounidense que lo veía extrañado

—Parece que viste un fantasma, gringo— exclamó golpeando la espalda del mismo

—Casi— dijo al ser abrazado por él

—Te extrañé— dijo con una sonrisa

Rusia entró después del latino, lo que desánimo al canadiense al verlo

La reunión pasó sin contratiempos así que el latino y norteamericano fue al baño

Para luego ser visitado por un bicolor que quería hablar con él, quien lo abrazó por la espalda

México se sorprendió y bajó la mirada

—¿Me viste cara de Ucrania?— enojado preguntó

Un poco molesto trataba de deshacer el abrazó pero el canadiense se aferró fuertemente a él

—¿Qué quieres? Wey— preguntó derrotado, después de todo Canadá era más fuerte que él

—A tí...— contestó como un leve suspiró

Los ojos del tricolor se abrieron de impacto, tenía que irse de ahí

—Que pinche infiel— exclamó de nuevo empezando a quererse desahacer del canadiense

—¿Te la creíste? Mon Amour— cuestionó dejando aún más sorprendido al del águila

—¿De que hablas?—

—Es gracioso que creyeran que puedo amar a alguien que no seas tú— explicó mientras acercaba sus labios al cuello del menor

—Canadá— tembloroso soltó al ser besado en el cuello por él

—¿Qué es lo que deseas?— cuestionó pero no hubo respuesta —Dime que me amas— dijo en el oído del tricolor

— Estarías mejor con Ucrania o Argentina, hasta con Rusia— nervioso sintió las manos del canadiense en su cadera

—No puedo estar mejor en ninguna otra parte más que contigo, México—

—Pinchi marihuano mata focas estás haciendo que pierda la paciencia— exclamó desesperado

— Eso quiero verlo— murmuró en la oreja del hispano

De pronto una gran ruido vino de afuera y rompió la atmósfera

Cuando abrieron la puerta del baño estaba un americano tirado mientras los demás paraban a el ruso

—¡No vuelvas a ofender a México otra vez!—

Canadá sostenía la mano del mexicano, tenía miedo que el latino eligiera estar con el ruso pero este le apretó la mano también

—Tripalosky, aprecio mucho tu amistad pero creenme que hacer una guerra no es algo que me gustaría además eso fue hace mucho—

El ruso lo miró sosteniendo la mano del bicolor de hoja de arce y suspiró con cierto alivió, porqué su mejor amigo estuviera con la persona que amaba

USA desvío la mirada y chasqueo la lengua, no había nada que pudiera hacer, México había regresado a tomar un camino y de nuevo él no estaba en contemplado en esté

El mexicano rápidamente se separó del canadiense

—Tengo que irme, Rusia, no te metas en problemas— exclamó

—Eso es casi imposible— contestó con una sonrisa pero iba a retirarse

El bicolor no lo dejaría otra vez, lo había dejado el suficiente tiempo para reflexionar aún cuando su corazón moría de angustia y amor

—Gracias, Ucrania— agradeció el norteamericano a el rebelde soviético

El de amarillo y azul movió su cabeza en afirmación, lo amaba pero él estaba enamorado de México y el punto máximo de amor de Canadá era latino

Argentina los miró a lo lejos, la idea para traer a México había sido de él, pero no se arrepentía, el tricolor era como un hermano y aunque nunca han llevado una buena relación siempre le tendía la mano cuando le pedía ayuda, el sudamericano también lo haría aunque no se lo pidiera

El de hoja de arce en el centro tomó el brazo del tricolor con fuerza

—¡No voy a dejarte ir, otra vez! ¡Yo te amo, México!— gritó con todas sus ganas

—Y yo a tí— murmuró mirando al suelo sin darse vuelta

Canadá se volvió más rojo y su labio empezó a temblar

—¿Qué es lo que dijiste?— preguntó con una ligera sonrisa

—No tienes la culpa de mis sentimentalismos, pero en estos tiempos olvidó tantas cosas que me desánimo— explicó levantando su rostro —Cuando era pequeño todos me decían que no valía nada por ser mitad indígena, hasta que te conocí, me dí cuenta que podía llegar a ser interesante— dijo mirando al contrario —Siempre te he amado— confesó con una sonrisa

El norteamericano anglosajón lo abrazó fuertemente y comenzó a llorar

—Te prometo que te recordaré las cosas buenas y que te amo, todos los días— prometío sonriendo entre sus lágrimas

—No llores— dijo calmado al canadiense —Yo también lo haré, te recordaré que te amo—

Los dos se quedaron callados, no tenían idea a dónde iría todo eso pero México solo sabía que no podía estar otra vez tanto tiempo sin él, apenas pudo soportarlo esos días que estuvo con Rusia

[...]

México estaba en Puerto escondido mirando el mar cuando una voz lo sacó de su trance

—Mexique...—

El tricolor lo miró con una sonrisa mientras el contrario se acercaba a él

Canadá unió sus frentes y enlazo sus dedos con los de él, chocando sus anillos

—Te amo— dijo besando la nariz de su pareja

—Yo también te amo— confesó cerrando sus ojos con gusto y una sonrisa

Eso hacía que todo lo que tuvo que pasar cobrará sentido, nadie podía hacerlo sentir como el mexicano, esa sensación única que no podía evitar que se sintiera pleno

México se alejó un poco para besarle en los labios y abrazarlo por la cintura

—A mí me toca arriba, Maple— dijo con una sonrisa pervertida

—Lo que tú quieras, mi esposo— aceptó con una gran sonrisa

FIN