Capítulo 7: Estudios

1.7K 149 113
                                    

El primer trimestre estaba a punto de acabar. Noviembre había sido un mes muy intenso lleno de exámenes, así que nadie tenía tiempo para distraerse. Pero ya casi era diciembre. Era época de alegría, y se acercaba Navidad. Pero antes de eso tocaba dar los últimos exámenes del año.

Ese día nos entregaron la nota de biología. Siempre había sido una estudiante de notas normales, ni excelentes ni suspensos. Pero ese año quería superarme a mí misma. Me había llegado la inspiración, y por eso quería tener excelentes. Aunque era un objetivo poco realista, pues tampoco estudiaba mucho.

—¡He sacado un sobresaliente! —gritó Matthew emocionado cuando nos reunimos en el patio.

—Habías estudiado mucho, ¿verdad? —preguntó Julia, sentada al lado de Scott.

—Sí, estudié día y noche y lo he conseguido —después de eso, me miró—. ¿Tú que has sacado, Alice?

Sentí que perdía las fuerzas. Quería tirarme al suelo y quedarme ahí. No sabía el por qué, pero me estaba afectando mucho. Eso no pasaba, nunca había pasado. Siempre conseguía superar mis expectativas. Pero esa vez no.

—Un bien —contesté devolviéndole la mirada y de paso sonriendo.

Sonreir me ayudaba a controlar mis nervios. Cada vez que sonreía sentía que todo iba a ir bien, y me sentía protegida. Aún si tenía ganas de llorar. Aún si había hecho todo lo posible para sacar la mejor nota. Pero no lo había conseguido. Se suponía que tenía que ser todo perfecto ese año, ese curso. Todo.

—No pasa nada, a la próxima sacarás mejor nota —me animó Julia.

Y pensé que no habría próxima vez. Ese examen que hice ese año no se iba a volver a repetir.

Mordí mi lengua para no gritar. Las siguientes semanas seguí ahogándome en mis propias expectativas. No sabía qué más hacer. Sentía que todo estaba fuera de control, y no sabía cómo salir de allí. Quería gritar. En mi casa quería gritar. Que mi hermano me preguntara qué pasaba y me abrazara. Que viniera mi madre a verme. Que estuviera conmigo. Pero no, estaba sola. Solo tenía a mi hermano. Pensé que él era perfecto. Siempre sacaba la mejor nota de su clase, al contrario que yo. Pensaba que por eso mi madre hablaba más con él que conmigo. Quería ser como él. Igual de perfecta que él. Tener todo bajo control.

Pero estaba exagerando. Eran solo algunas notas bajas. No era el fin del mundo. Pero para mí lo era. No hablé con nadie de cómo me sentía porque no quería molestarles. Tenía ganas de contarle a Popee lo que me estaba pasando, pero era una exagerada. No me iba a tomar en serio y pensaría que era una niña mimada. Así que decidí tomar el control de la situación.

Para la última semana de exámenes empezamos a quedar para ir a la biblioteca. Solo íbamos allí a hacer los ejercicios de mates, química, física y tecnología. Es decir, todo el grupo estaba allí. Mates era la única materia obligatoria para todos. Julia hacia la optativa de teatro, y Scott la de tecnología y física. Teddy, Popee, Matthew y yo hacíamos química, y física también. Siempre nos sentábamos en una mesa grande con sitio para seis personas. Me sentaba siempre junto a Popee y Matthew.

Oh, Popee. Ese rubio tan dulce y frío a la vez. Cada vez que hacíamos un progreso en nuestra amistad, después se volvía frío. Odiaba eso. Porque lo necesitaba. Sentía que necesitaba estar a su lado siempre. Quería sentir la calidez de sus manos, de su cuerpo; lo quería a él. Él me había defendido de Tom, había estado a mi lado y me cuidaba. Pero yo quería más. Siempre quería más.

—Alice, cariño, céntrate —dijo Matthew mientras movía su mano delante de mi cara.

Me había distraído. Mi amigo estaba explicándome un ejercicio de mates que no entendía. Le pedí perdón y continué escuchando. Y así pasó la tarde. No hablé con Popee. Pero volví a casa con Matthew. Él se ofreció a acompañarme a mi casa, aunque estuviera cerca de mi hogar y no me hacia falta compañía.

The cute boy |Popee the performer x Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora