8. esto no es una boda

1.7K 233 84
                                    

—No le puedes dar menta de gato, y encima sedarlo después, sabes que él es especial, no es como un chico-gato normal y...

—Pero si yo no le di-

—Ahora por tu culpa está así, ¿qué intentabas? Se siente terrible ahí dentro —Shownu lo reprimía con fastidio fuera de la consulta, susurrando lo más enojado que podía para que ChangKyun no escuchara dentro de la habitación contigua (aunque aún así oyó algunas partes) mientras JooHeon trataba de explicarle que no tenía idea de la menta y el sedante, ni siquiera sabía de la existencia de algo así, pero el veterinario estaba tan molesto con él que no lo dejaba terminar ninguna frase —¿Y qué le hiciste? ¿lo tocaste, te aprovechaste de él por ser un gatito inocente?

—¿De qué...?

—Lo hiciste entrar en celo, algo debiste haber hecho que no... No quiero ni imaginar. Lo tocaste, ¡y ni siquiera lo vas a adoptar! Eso es feo, muy feo, no puedes acostumbrar a un gato para después...

JooHeon se quedó como hielo, ¿qué era eso de entrar en celo? Diosdiosdiosdiosdiosdios no. Era malo, pero también era bueno. Estaba mareado de confusión.

—Lo voy a adoptar, ¿si?

Shownu llegó a posar una mano en su pecho de sorpresa, callándose por fin y dándole un espacio para que pudiera explicar todo el embrollo. El veterinario comprendió que en verdad su amigo no tenía nada que ver con las drogas, pero se negaba a pensar que ChangKyun se había metido en eso por su cuenta, simplemente era demasiado limpio, y se disculpó por haberse enfadado tanto con él sin razón.

Pero lo que ninguno de los dos entendía ahora era por qué el felino estaba en celo.

Técnicamente hablando, para que un chico-gato entrara en celo debía ser más o menos maduro y, también, debía ser alentado por alguien más —ya fuera una gata en celo, otro chico-gato, la chica que le hacía ojitos en la esquina, alguien que los tocara por donde no debía, o un sinfín más—, pero ChangKyun no tenía el último y más fundamental requisito, porque en ningún momento JooHeon le había hecho algo o se había enganchado de otro gato, sino que fue el mismo felino quien lo besó primero y quien lo buscaba más, por así decirlo.

Para Shownu, no tenía sentido. Para el tipo alto que tenía al lado con cara de embarazo, tampoco.

Pero cuando el veterinario le tomó la temperatura por la lengua y el termómetro digital marcó un pequeño porcentaje más de lo normal, asegurando que no era un ataque febril al hacer otro tipo de pruebas un tanto más a la antigüa, además de revisar otras partes que normalmente no revisaría, era indudable e indiscutible: JooHeon había hecho florecer a ChangKyun, por llamarlo de una forma más bonita.

—No fue culpa de él — Señaló el felino al veterinario, aún un tanto atontado, pero más repuesto cuando iba saliendo de la consulta en los brazos de su dueño, refiriéndose a su intoxicación por lo que había alcanzado a escuchar. No tenía idea que estaba en celo.

—Lo sé, ahora vete a casa a descansar —Shownu se acercó y comenzó a acariciarlo por detrás de las orejitas haciendo sonidos inenarrables, imposibles de transcribir por la ternura que le provocaba ése gato, todos los gatos en realidad.

Sonaba como cuando se saluda y mima a un recién nacido, y ChangKyun le sonreía con gracia, jugando con sus manos. JooHeon los miraba con un poco de celos, sólo un poco.

☁️

Cuando estuvieron de vuelta en casa todo relucía como nuevo con un aroma entre lavanda y otras flores silvestres, y estaba completamente deshabitado.

JooHeon se aguantó las ganas de ir a reprimir a KiHyun por el mal comportamiento de su gato, y a Lisa también un poco después de la confesión triste del gatito camino a casa, pero se limitó simplemente a ir a dejar el auto de vuelta al Café y agradecerle a Rosé. Su chico-gato aún no estaba del todo bien y no quería preocuparle más, podía discutir en cualquier otro momento.

patitas suaves y ronroneos || adaptación jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora