6. vainilla y azúcar

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–¿Por qué te iba a besar?

–No sé, sólo olvídalo -ChangKyun se dio la vuelta en la cama, enterrándose entre el cobertor y las sábanas, muriendo de vergüenza. JooHeon apretó los labios y volvió a ponerse de pie rumbo a la cocina o a cualquier parte, pero luego lo pensó y frunció el ceño, volviendo a hablar.

–Espera, pero ¿tu querías que...? –El gato no lo escuchaba, fingiendo que dormía profundamente en la cama como si no le importara, sin embargo, seguía moviendo la cola con cierto disgusto y el humano no era tonto, así que volvió a sentarse a su lado y lo remeció suave, hablando juguetonamente –ChangKyun, vamos, respon-

No alcanzó a terminar la frase porque el felino fue más rápido al estrecharlo en sus brazos, besándolo en medio de la cama con cuidado primero, lento, sin saber qué hacer porque era su primer beso y había tenido que iniciarlo él, ¿por qué JooHeon no se movía un poco más? se suponía que él tendría más experiencia en esto. De a poco se fueron soltando y esta vez sí se movió, ChangKyun tenía los ojos cerrados entregado a la infinidad de nuevas sensaciones que nunca antes probó, sintiendo un cosquilleo incesante en el estómago al mismo tiempo en que se colgaba de su dueño por el cuello, pasando los dedos por su cabello mientras éste no sabía dónde poner las manos. En ese instante se olvidó de todo el lío de la edad, de que era un gato, de que qué se yo y de quizás qué más, agradeciéndole por tomar la iniciativa, porque él nunca habría tenido el valor, no quería hacerle ningún tipo de daño.

–Eres mío, eres mi dueño y yo soy tu gato, ¿está bien? Y mejor me vas adoptando tan pronto como lleguemos a casa si no quieres que me escape, porque sé que no quieres perderme -Le anunció ChangKyun cuando se separaron a medida que se iba enderezando y saliendo de la habitación, hablando audaz sin saber de a dónde había sacado tanta firmeza, de seguro era su felino que se estaba cansando de que las cosas avanzaran tan lentas, era su instinto, y si se sentía atraído a alguien tenía que hacer algo al respecto. O quizás estaba en celo o algo así, pero recordaba que los gatos machos siempre estaban en celo prácticamente, no como las hembras.

Cerró la puerta tras de sí, de pie en el pasillo de la cabaña y se llevó una mano a los labios, riendo como tonto por lo que había hecho, caminando por inercia hasta la cocina sin ninguna idea de cómo iba a mirar a JooHeon otra vez. Eso había sido demasiado, pero era bueno, estaba bien.

Asimismo, aún en el dormitorio, su "dueño" estaba aún con la boca abierta en la cama con el sabor de ChangKyun en los labios, sin saber qué demonios. Su chico-gato sí tenía valor, y qué valor.

☁️

Lisa venía tarareando una cancioncita pegajosa que sonaba en la radio con las llaves de la casa de JooHeon en la mano y con Jennie detrás, pero se detuvo al oír ruido provenir desde dentro, de seguro eran ladrones y se puso en modo policía, haciendo que su chica-gato se convirtiese en gata en un par de segundos, escudándose entre sus piernas.

Justo cuando estaba pasando las llaves por la cerradura un escándalo de música comenzó a resonar, era algo así como heavy metal. Lisa no tenía idea, ella sólo escuchaba baladas y las canciones románticas de la radio y se espantó, ¿qué clase de ladrones eran esos?

Le pidió a su gata que fuera a investigar sin ser vista mientras ella esperaba atenta con el número de la policía listo para marcar en el móvil, y de curiosidad de asomó un poco por la puerta.

—Suena perfecto, debería comprar uno así, ¿qué crees, MinHyuk? —El chico-gato asintió, acurrucándose más bajo el brazo de su dueño terminando sobre su regazo.

—¡¿Qué haces tú aquí, KiHyun?! ¡Casi muero del susto! —Lisa hablaba con el corazón agitado, aún sorprendida y llamó a Jennie que andaba merodeando por ahí sin importarle la tarea de "ir a investigar", la tomó en sus brazos y volvió a hablar -¿Y por qué están usando las cosas de JooHeon... con esa música?

patitas suaves y ronroneos || adaptación jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora