9. ¡mi mamá es una santa!

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—Creo que le darán un asenso a JooHeon y a mí la próxima semana cuando él vuelva de sus vacaciones, despidieron a un tipo que se robaba papelería y... —KiHyun hizo una pausa para bostezar mientras servía su café. MinHyuk asentía a lo que le hablaba, pero estaba más concentrado en ver cómo las luces se movían en la televisión adormecido, no era de esperarse, acababa de desayunar y no tenía ganas de hablar, sino de dormir. El más bajito continuó: —Y calculo que tendré una oficina y no sé, creo que podremos comprar algunas cosas.

—¿Como catnip? —El chico-gato tenía los ojos cerrados, apoyándose en un brazo del sofá y azotando la cola con un dejo de fastidio contra él —Ah, qué ganas de un poco de catnip...

—¡No! Todo menos eso, ¿no supiste lo que le pasó a ChangKyun con...? —No alcanzó a terminar, ya que un estruendo de golpetazos en su puerta lo interrumpieron.

No tenía idea de quién podía ser molestándolo en su día libre, quizás era su jefe que lo descubrió en su mentira de estar enfermo para no ir a trabajar, pero todos parecían salir de vacaciones menos él, y también quería pasar un lindo día de verano desayunando pasado el mediodía.

MinHyuk fue rápido a la puerta tras él, abrazándolo por el cuello en el caso que tuviera que protegerlo, listo para atacar (o por lo menos así lo veía él en su mente). Sin embargo era sólo JooHeon.

Pero, momento: traía un gato colgando, y era un gato hermoso.

Le abrió el paso y entró desesperado, deteniéndose sólo para preguntar por qué MinHyuk lo tenía abrazado de esa forma.

—Es mío —Respondió el gato dorado—. No puedes tocarlo.

Abrazó más fuerte a KiHyun, que hizo una mueca y se liberó riendo, caminando directo a ese gatito grande y peludo con pintas anaranjadas en el lomo, la cabeza y la cola —exceptuando la punta, que era blanca, igual que el resto de su pelaje—. Pero el animal se espantó y corrió a una esquina de la sala de estar, seguido por la mirada atenta y familiar de MinHyuk, estaba seguro de que era...

—Es ChangKyun, creo. No sé, no entiendo nada y pensé... —JooHeon dejó de hablar, distraído por los movimientos del chico-gato de su amigo, que había tomado forma animal y caminó con cautela felina hacia el supuesto ChangKyun, agachándose y con las pupilas tan dilatadas que no se podía distinguir el verde de sus ojos. Y cuando estuvo cerca, lo reconoció.

Su hermano por fin había logrado convertirse a gato.

Pero, ¿por qué era anaranjado? toda su vida había pensado —y había hecho pensar también a todos los demás— que sería un gato negro con blanco, juzgando por su cola, cabello y orejas negras. Parecía como si su pelaje se hubiese decolorado junto a su transformación. Fuera de eso, parecía estar bien, ya se movía como todo un felino.

Aunque había algo extraño en él. Hablaron acariciando sus bigotes el uno con el otro, MinHyuk ronroneaba, sin embargo, ChangKyun lucía preocupado y no parecía querer relajarse. Se suponía que tendría que estar feliz, celebrando y todo eso por cumplir su sueño de toda la vida, pero luego lo entendió: el gato de JooHeon no podía entender el lenguaje de los humanos, sólo de otros felinos como un gato común.

Normalmente un híbrido podría comprender lo que una persona hablaba aunque estuviese en forma animal; en cambio, un felino normal no, sólo a otros gatos y chicos gato. Y su hermano le confesó que temía haberse convertido en eso, tenía miedo de no poder volver a ser un chico-gato nunca más. Estaba asustado porque la voz que tanto le gustaba de JooHeon ahora le sonaba como algo indescifrable e incomprensible para sus sensibles oídos.

—Sí es ChangKyun —reafirmó MinHyuk—. Pero no puede entenderte, JooHeon. No puede entender a nadie.

* * *

patitas suaves y ronroneos || adaptación jookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora