Capítulo uno

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La clase aún no comenzaba, pero sus deberes como presidenta de la clase habían obligado a Marinette a presentarse bastante antes de tiempo. Un viaje del curso se acercaba y había sido citada por la señorita Bustier para coordinar los detalles, ya que Mendeleiev, quien originalmente fuera la chaperona de dicho viaje, se encontraba... indispuesta después de todo el asunto de Kwami Buster. El museo del Luvre sería el destino, un recorrido por la historia de los distintos tipos de tecnología a lo largo de varias eras.

-De verdad no sé que hubiera hecho si te hubiera perdido, Tikki.- susurró Marinette a la kwami en su bolsa. Esperando a sus compañeros en el salón tras terminar la junta con su profesora, la chica aprovechó para conversar libremente con la criatura.

-Yo no sé que hubiera echo si no hubieras venido a nuestro rescate. Con uno, dos, tres o ningún miraculous, ¡eres una heroína, Marinette!- exclamó Tikki, haciendo sonreír a su portadora.

-Le pediré a Cat Noir que me permita un momento con Plagg un día de estos. Estoy segura de que unas palabra del maestro Fu le vendrán bien a ese kwami...- sugirió Marinette.

-Creo que Plagg ya ha aprendido su lección.- rió Tikki, recordando el desánimo de su contraparte destructiva en el contenedor de la villana. De repente, el sonido de la puerta del salón abrirse alertó a ambos. La kwami desapareció deprisa en el interior del bolso, mientras la chica pretendía llevar un rato entreteniéndose con su celular.

-Hola, Marinette!- saludó Adrien con alegría. Los ojos de la chica brillaron al verle.

-¡Adrien! ¿Qué tal?- saludó con una gran sonrisa.

-Bien. Hey, vaya locura ayer con Mendeleiev, ¿no?- comentó él tomando su lugar delante de ella.

-Sí, una locura...

-¿Viste la chica que ayudó a Ladybug y Cat Noir ayer? La nueva super heroína.- preguntó Adrien con interés en su respuesta.

-¿L-La chica ratón? Algo escuché de ella. Fue de gran ayuda, pero creo que era un poco torpe. Claro, no es que yo pueda hablar mucho de eso...- rió ella nerviosa.

-Yo no lo creo, me pareció asombrosa. ¡Creo que Ladybug hizo la elección correcta!

-¿Te parece?- preguntó ella con sus ojos bien abiertos.

-¡Por supuesto! Los otros habrían estado perdidos sin ella.- añadió él con orgullo, atento a las miradas tiernas de su compañera.

-Supongo...

-¿Tienes alguna idea de quien sea?

-Para nada... Yo, bueno, tengo entendido de que nadie debe saber quienes son los que están detrás de las máscaras. No creo que ella haya sido tan descuidada como para que alguien se enterara...

-Tienes razón, aunque yo por mi parte tengo curiosidad.

-Curioso como un gato...- comentó ella sin más, pensando en su curioso compañero y la única persona que "sabía" que ella había sido Multimouse.

-¿Qué dijiste?- preguntó él con un poco de pánico, no queriendo ni considerar la idea de que él no haya sido el único de ellos que vio al otro alejarse de los demás cuando Kwami Buster apareció.

-Nada, no importa.- respondió la chica sin darle mucha importancia al asunto.

Un par de días más tarde se llevó a cabo la excursión del grupo al museo. Allí fueron guiados por uno de los encargados quien les revelada detalles y datos de las diferentes partes de la exposición. Desde la primitiva rueda hasta los elaborados portones gigantes de las antiguas ciudades, pasando por la era del vapor.

Colmillos y bigotesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora