I'm All Ears; itzy

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Yuna llegó a la escuela con la intención de que todo fuera como siempre.

No espero nada.

Tampoco se esperaba que al llegar Chaeryeong le dijera "Buenos días Yuna" con una sonrisa en la cara.

Un poco desconcertada le respondió "Buenos días Chae", con la voz baja debido a su inseguridad y timidez.

Para algunos podría ser un gesto sin importancia pero para Yuna ese pequeño comentario le había alegrado la mañana.

Esa fue la única "conversación" en el día que tuvieron ellas dos.

Durante el recreo Chaeryeong se encontraba hablando con Chaeyeon, su hermana mayor.

Contándole lo que Yuna había escrito el día anterior.

Chaeryeong no tenía una mala intención, ella sólo le pidió ayuda a su hermana porque no sabía muy bien que hacer.

Durante el segundo recreo Chaeyeon un poco preocupada le mostró la hoja a Ryujin, su amiga.

A partir de ese día tanto Ryujin como las hermanas Lee decidieron hacer todo lo posible para ayudar a Yuna.

Yuna por su parte ese día no había escrito ninguna hoja.

Pensó que tal vez era porque lo único que tuvo en mente durante las horas de clase fue el pequeño gesto de Chaeryeong esta mañana.

Durante la tarde Yuna se sentía bien así que decidió contestar ese mensaje que ayer había dejado colgado.

Un pequeño "hola" fue suficiente para que Yuna y la dueña de ese desconocido teléfono empiecen a hablar por horas y horas.

Yuna no le preguntó su nombre, por lo que estaba hablando con una completa desconocida.

Pero esa desconocida la mantuvo sonriendo todo el día.

Del otro lado de la pantalla Chaeryeong estaba tirada en la cama hablando con Yuna con toda la confianza posible.

Las dos chicas estaban teniendo una buena conversación, se divirtieron hablando de temas aleatorios durante casi 5 horas seguidas.

En la cena Ryujin le preguntó a Yuna "Hoy estabas riendo muy fuerte, la próxima vez que te pongas a ver memes llámame así nos reímos las dos".

Yuna río por segunda vez en el día.

Ryujin le guiñó el ojo derecho, haciéndole saber que su propósito fue sacarle una sonrisa a la morocha.

Esa fue la primera vez en mucho tiempo que Yuna se sintió bien.

Y no sería la última, sólo era cuestión de tiempo para que Yuna vuelva a ser feliz.