When I'm with you ; jeon jungkook

4 - zumo de fresa

Otro día. Otro capítulo.

Estábamos empezando la clase de Literatura Coreana. Muy aburrido. Pero tocaron la puerta, pareciera que fuera un alumno que había llegado tarde pero creo... que lo conocía.

—Bien alumnos... pueden conocer a su nuevo compañero, puedes pasar.

Entró al salón. Todas las chicas parecían lobos hambrientos al notar lo "apuesto" que era.
Yo prefiero a los chicos que veo por Instagram.

—Preséntate. — dijo la profesora de brazos cruzados y sonriente.

—Hola, soy Miles Jensen. Soy de Estados Unidos y estoy de intercambio. Un gusto. — dijo con su acento, aparentemente británico.

"¿De donde lo conozco?" Me repetía a mi misma, una y otra vez. Hasta que me acordé.

—Chico Zumo de fresa! — me levanté exaltada.

En ese momento, me acordé. Estaba en una clase... no lo grite en mi mente.

El chico, Miles, hizo una sonrisa vergonzosa, sin mostrar los dientes y bajando sus hombros.

—¿Quiere volver a ser castigada señorita?

Dijo enojada la profesora.

—No, gracias. — dije y me senté avergonzada.

(...)

—Bueno aquí terminamos la clase. Nos vemos chicos.

Y la profesora se retiró.

—Oye! Halter! ¿Tu eres el del zumo? — dije saliendo de mi asiento, acercándome a él.

—Si. Perdón. Y es Jensen. No Halter, te estas confundiendo con un libro de John Green. — dijo sonriendo.

—Ah si Perdón. ¿No eras de esta escuela?

— No... el uniforme era parecido y del mismo color, ahora que lo noto.

—Ah okey. Te informo que pude sacar La mancha, pero tuve que andar con un sweater todo el día.

"¿Te informo? ¿Qué fue eso?" Pensé.

—¡Era por eso que no te lo sacabas! — dijo Jeon ingresando al aula. — ¿comemos vecina?

La vista de Jeon fue al nuevo chico al que yo estaba hablando y luego a mi. Se me quedó mirando.

—Genial. — sonrió Miles.

—Vamos vecino. — le agarré del brazo a Jeon clavando mis uñas en su brazo.

Quería salir de ahí y no sabía cómo. La única opción que se me venía a la mente era Jeon.

— Au me lastimas.— dijo quejándose todo el camino hacia el banco donde yo siempre comía sola.

—Bueno aguántate un poco más

Llegamos al banco y lo solté. Había notado que ahora, por mis uñas, su brazo estaba sangrando en poca cantidad.

—Esto es lo que me causas por ser agresiva conmigo.

—Bueno perdón no me había dado cuenta. A ver tu brazo

Le extendí el brazo, sentándonos en la banca, y le desinfecte la herida con mi alcohol en gel pequeño que tenía en mi bolso de comidas.
Noté su cara roja, y estaba logrando mi broma de a poco.

—¿Qué pasa tomate? ¿Te duele?

—¿Qué pasó con el chico nuevo? ¿Acaso te gusta?

Cambió de tema drásticamente.

—No. solo me tiró jugo en mi remera llegando aquí el primer día.

—Ah que alivio. — suspiró al final.

—¿Por qué lo dices? — dije queriendo que lo admitiera

Lo único que tienes que decir son dos palabras. Te. Quiero. Vamos... dilo.

—Por nada.

Y... no lo dijo.

Seguí desinfectando la herida, cada tanto con Jeon soltando quejidos de dolor.
Al terminar me dijo:

—Gracias vecina.

—Bueno... al parecer el basquetbolista tiene modales.

—Hey!

—En fin, denada Jeon. La verdad es que nunca pensé en ser cercana a ti de esta manera...

—Ay por favor...— se quejó por su teléfono vibrando.

—Quiero...

No pude terminar ya que contestó la videollamada.

—Hola hermano. —Lo saludó y giró para mirarme— Vecina... este es mi hermano del que te conté.

—Hola. Un gusto.

—Kook ¿quién es ella? ¿Es tu novia? ¿Por qué la llamas vecina?

Tosí secamente haciéndome notar.

—Ella es mi compañera de secundaria y vecina de locker. Estábamos hablando nada más.

Sentí que no encajaba, así que de a poco me iba levantando para irme.

—Chiquitín... cuida a tu chica que se está yendo.

Siento que Jeon corta la llamada. Mientras estaba a medio camino de la salida de la cancha  me agarra el brazo.

—¿A dónde vas? ¿No me querías decir algo?

—Si pero no va interrumpir en una videollamada con tu hermano. Es de mala educación.

—El nos interrumpió. Además, lo puedo llamar luego.

—Mira la hora... ve a la práctica se te hace tarde.

Me zafé de su agarre y corrí lo más rapido que pude para no cruzármelo de nuevo.