💀10💀

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—¿Cómo te hiciste eso? ¿Intentabas escapar, verdad? — Dirigió su mirada a tu ojos mientras lamía tu herida, provocando un dolor intenso para ti.

—¡No! ¡Detente por favor! — Empujabas su cráneo hacia atrás intentando moverlo, pero eso lo empeoró haciendo que el esqueleto metiera un dedo a la herida recién hecha, provocando un grito de dolor de humo parte. —¡S-sans! — Dijiste apenas. Si antes sangraba la herida, ahora era peor.

—Dime. — Dijo frío continuando con lo suyo sin dejar de hacerlo. — Esto te pasa por intentar escapar sucia humana.

—¡Lo siento, lo siento! ¡No lo haré de nuevo! — Mentira. — ¡Dejame por favor!

—Dime con qué te lastimaste. — Dejó de apretar la herida, pero siguió lamiendo.

—C-con un eslabón mal hecho, ¡ya dejame! — Rápidamente alejó su brazo empapado en sangre del esqueleto. Hechaste un vistazo, y la herida estaba mucho peor que antes, aparte del dolor, ahora había un pequeño agujero en tu brazo. — D-duele mucho. — Lágrimas empezaron a salir de tus ojos, de todo lo que había pasado, eso fue lo peor, nunca fuiste tolerante al dolor, no sabías por qué aún seguían despierta ante esa situación.

Fell se acercó lentamente a una caja algo mojada por la humedad y de allí sacó un pequeño botiquín de primeros auxilios, se sentó frente a ti y abrió la pequeña caja color blanca y rojo.

—Dame tu brazo. — Sin rechistar le estiraste el brazo lastimado, no querías otro agujero o marca en tu cuerpo, pero seguramente eso dejaría y una cicatriz, una gran cicatriz.

El esqueleto secuestrador sacó una botella color blanco de la cajita, entre la poca luz y tus gafas hechas trizas no podías distinguir que era una cosa de otra. Mirabas atentamente y como podías todo lo que hacía. Destapó aquella botella y tiró todo de una en tu brazo, quejandote a lo alto.

— ¿¡Que mierda!? — Te restorciste de dolor al sentir esa sensación de ardor, sentías que tu brazo quemaba. —¿¡Qué me pusiste!?

—Aqa osigedah. — Leyó de la botella.

— ¿Qué...? ¿Agua oxigenada?

— Como sea. — Tiró la botella lejos de allí, chocando con una pared.

¿No sabe leer? ¿O qué?

Unos segundos después, Sans, te coloca una venda por toda tu herida para volver a colocar otra, ya que no bastó con una. Le pegó una cinta para que no se desprendiera y volvió a guardar la caja.

— Ssss... — Te quejabas del dolor apretando fuertemente tu brazo y muñeca para calmarlo. Cosa que no pasaba, aún ardía.

—Por intentar escapar no comerás hasta mañana que me de la gana hacer algo. —Su cara era seria, pero su pupila brillando hacía parecer que quería seguir lastimándote.—

Miedo.

Por primera vez te daba bastante miedo ese esqueleto como para sentir lo de verdad. Ya sabías de qué era capaz tal monstruo. Ya tenías marcas en la cintura y abdomen, y ahora una cicatriz asegurada en tu brazo derecho, no querías más, era suficiente.

—Me iré a dormir. Hoy fue un día agotador por parte del pulpo negro de mi jefe. — Tomó la manta del suelo. —Toma. — Y te la tiró a la cara. —Cuando duermes no sientes hambre, te conviene dormir.

¿Y si muero por el dolor de mi herida mientras duermo?

—Bien...dormiré.

Otra mentira.

—No intentes nada estúpido, de nuevo.

Unas miradas bastaron para saber que todo estaría "bien" mientras Fell dormía. No le puedes quitar lo perezoso a un monstruo que siempre lo fue. Él fue y se acostó en un sofá que había allí, si pasaba algo con la humana estaría cerca de ella, ya se si se escapaba o intentaba hacerlo.

Cuando por fin se empezaron a escuchar ronquidos, te colocaste en posición fetal abrazando a medias tus piernas, el brazo derecho que recientemente había sido lastimado estaba contra tu pecho y muslos, presionándolo por el dolor y ardor que sentía.

Debo salir de aquí. —Pensaste.—Pero ¿cómo?

Acomodas tus gafas con la mano izquierda. Las punzadas de tu muñeca derecha eras cada vez más fuerte, haciendo casi insoportable el dolor. Inhalaste hondo, soltando todo el aire en un quejido de dolor. Tu vista se hacía cada vez más borrosa debido a las lágrimas que amenazaban con salir.

¿Qué le habrá ocurrido a este monstruo para terminar así? Su hermano, que era peor que él, mejoró después de todo lo sucedido. ¿Será porque él es el único que recuerda la ruta genocida? Tal vez sea eso, pero tu no lo podías saber.

En tu cabeza pasaban muchos pensamientos y recuerdos. Vaya manera de conocer a Sans. Podrías intentar hacer algo, pero sería en vano estando encadenada, con una muñeca cortada, con gafas que casi ni ves de lo partidas que están y casi desnuda.

Lágrimas empezaron a resbalar por tus mejillas, eso era inevitable ante la situación. Tu cabeza daba vueltas por la falta de sangre, desmayarte aquí no daba ni una pizca de confianza. Quién sabe con lo que te encontrarías al despertar recordando lo que sucedió hace rato.

Simplemente cerraste los ojos, sin llegar a dormir, aunque no podías jurar el no hacerlo, pero aguantarías un rato así.

Pasaron minutos hasta que se dejaron de escuchar los ronquidos de Fell, sonidos de algo moverse te asustaron, no sabías si quedarte así o moverte. No te moviste de la posición en la que estabas, sin dejar de cerrar los ojos, hacías de cuenta que te habías dormido así.

Se escuchaban pasos acercarse lentamente hasta llegar a ti. Gracias a la oscuridad lograste abrir un poco los ojos, llegando a ver como el esqueleto estaba de rodillas ante ti. Cerraste con fuerza los ojos al sentir como tocaba tu cabeza, no sentiste tanto temor de aquel tacto, no era agresivo, sólo mantenía su mano encima de tu cabeza, con sus falanges empezó a acariciar con suavidad cada cabello de un precioso color ______ que por lo oscuro se hacía ver aún más apagado.

—No me perdonarás por lo que hice, pero lo siento...






Tiren me piedras si quieren c':
¡Desde noviembre que no actualizo! Lo siento, intentaré hacer los demás capítulos de las otras historias, no me maten, sino no tendrán mas capítulos sin lo hacen D'':

I love you, I miss you→【UF!Sans x lectora】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora